"El ser humano no es un territorio libre para la conquista de los placeres", aseguró el Papa Francisco en el texto de su catequesis del 13 de marzo de 2024, con motivo del 11º aniversario de su elección a la Sede de Pedro. Para esta audiencia general, el Papa Francisco, que dijo estar todavía "un poco resfriado", saludó a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, pero permitió que un prelado, Don Pierluigi Giroli, leyera su texto. Tras su ciclo de catequesis sobre los vicios, que comenzó el pasado mes de diciembre, el Papa Francisco introdujo un nuevo ciclo sobre las virtudes, recurriendo a los recursos de la "filosofía moral".
El pontífice recordó que, según la tradición griega y romana, "la persona virtuosa es fuerte, valiente, capaz de disciplina y ascesis; el ejercicio de la virtud es, por tanto, fruto de una larga germinación, que requiere esfuerzo e incluso sufrimiento".
La perspectiva cristiana amplía este enfoque, mostrando que los santos no forman "una especie de estrecho círculo de campeones que viven más allá de los límites de nuestra especie", recordó el Papa, subrayando que "los santos son, por el contrario, aquellos que llegan a ser plenamente ellos mismos, que realizan la vocación propia de todo ser humano".
Crecer la virtud con el don del Espíritu
Francisco explicó que el Catecismo de la Iglesia Católica define la virtud como "una disposición habitual y firme a hacer el bien". Se adquiere ante todo por "la gracia de Dios".
"Cuántos cristianos han llegado a la santidad a través de las lágrimas, al darse cuenta de que eran incapaces de superar ciertas debilidades", señaló el Papa en este texto, destacando que estos creyentes "han experimentado que Dios ha completado esta obra buena que para ellos era solo un esbozo". "La gracia precede siempre a nuestro compromiso moral", explicó el Papa argentino.
También recordó que "el primer don del Espíritu que hay que pedir es precisamente la sabiduría", porque "la virtud crece y se puede cultivar".
"El ser humano no es un territorio libre para la conquista de los placeres, las emociones, los instintos, las pasiones, sin poder hacer nada contra estas fuerzas a veces caóticas que lo habitan", explicó el Papa.
Las tres invitaciones del Papa:
Francisco invitó a cultivar la "apertura de espíritu" como una "sabiduría que sabe aprender de sus errores para orientar bien su vida", así como la "buena voluntad: la capacidad de elegir el bien, de modelarse a través del ejercicio ascético, evitando los excesos". El Papa invitó a los fieles a realizar "un viaje a través de las virtudes, en este universo sereno que es un desafío, pero que es decisivo para nuestra felicidad".