El sábado 16 de marzo de 2024 se representa la edición número 26 del Retablo de san José Oriol en la parroquia de Santa María del Pino de Barcelona, donde este sacerdote ejercía su ministerio y hoy está su sepulcro.
El montaje teatral muestra la vida (con milagros) de este cura barcelonés conocido como el "Doctor Pan y Agua" por su capacidad de sanar y su extrema austeridad.
José era muy generoso, especialmente con los pobres. Siempre buscaba a Dios y vivía desprendido de lo material y con una gran libertad interior frente a las convenciones del siglo XVII.
Aquí las cinco vías le ayudaron a llegar a la santidad:
1Humildad
Una experiencia de juventud en que descubrió su propia miseria le marcó profundamente y le ayudó a mantenerse humilde siempre.
Y aunque era muy admirado por su sabiduría y su capacidad de sanar y obrar milagros, él conocía su pequeñez y nunca se atribuyó ningún mérito propio.
"Todos curaríamos si tuviésemos fe, porque todos somos discípulos de Jesucristo, a los cuales dijo Él estas palabras: pondrán las manos sobre los enfermos y curarán", se deslucía.
2Devoción a la Eucaristía
Desde pequeño pasaba horas ante el Sagrario, y con los años, reconoció la Eucaristía como su verdadero alimento y alegría.
3Pobreza
José abrazó siempre la pobreza. Incluso durante un tiempo que vivió en casa de una familia acomodada, mantuvo la austeridad.
Peregrinó a Roma a pie pidiendo limosnas. Y como beneficiario de la parroquia del Pino, eligió una sencillísima habitación que limpiaba él mismo.
La pobreza material y la penitencia le abrían a la riqueza espiritual, como expresan sus palabras:
No necesito cosa alguna, que nada ha de faltarme, confiado como vivo en la Divina Providencia".
4Generosidad
Siempre se daba por entero en sus tareas, desde el estudio hasta la enseñanza y el acompañamiento espiritual.
Y cuando su obispo le impidió temporalmente confesar por las acusaciones de exigir una vida interior demasiado alta y no apagar anhelos místicos en los laicos, se volcó en ayudar a los pobres.
José Oriol repartía limosnas -a veces todo su beneficio-, y visitaba y consolaba a los necesitados.
También cuidaba con exquisita caridad a los enfermos en una época sin sanidad pública. Les atendía, les curaba y rezaba con ellos. Sus milagros de sanación le valieron el sobrenombre de "Taumaturgo de Barcelona".
5Fe
La confianza en Dios fue el motor de su vida y también su impulso final antes de morir. La última frase que pronunció fue -según una biografía suya publicada en la revista Cristiandad-: "Tened fe".
La representación teatral de su vida incluye música, diálogos y vestuario de la época, y atrae a entre 400 y 600 personas cada año.
La realizan un centenar de voluntarios de distintos grupos de la iglesia de Santa María del Pino, con la colaboración del Ayuntamiento, explica a Aleteia el gerente de esa parroquia, Manel Grau.
"La personalidad de este santo ayudaba a la gente de su época a superar sus dificultades", afirma, "y aunque ahora estamos en una sociedad muy secularizada, mucha gente le tiene devoción y le agradecen favores".
Siempre se representa el sábado anterior al 23 de febrero, día de la fiesta de san José Oriol.
Empieza a las siete de la tarde con una procesión que sale de la iglesia a la calle, donde se representa la llegada de una persona que llegó a caballo desde Roma hasta Barcelona con la noticia de la canonización de José Oriol. Después a las ocho, en la iglesia tiene lugar la obra de teatro.