separateurCreated with Sketch.

‘Orión y la oscuridad’: un cuento para transmitir valores

orión y la oscuridad película
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
José Ángel Barrueco - publicado el 28/02/24
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Orion y la oscuridad es una película para espectadores infantiles sobre cómo vencer nuestros miedos

Se ha estrenado directamente en Netflix una película familiar muy adecuada para espectadores infantiles: Orión y la oscuridad, que se inspira en el libro para niños de Emma Yarlett. Se trata del primer largometraje de Sean Charmatz, especializado en los guiones gráficos y las ilustraciones de algunas series (Bob Esponja, Trolls) y de varias películas (Angry Birds, Los pingüinos de Madagascar, la secuela de La Lego Película, etcétera); es lo que en Estados Unidos se conoce como el creador de los storyboards. 

La historia se centra en los miedos de un niño de unos 11 años, esa suma de temores que son equiparables a los de todos los muchachos en la infancia aunque con diferencias: algunos tienen más miedos que otros. Y se centra en cómo afrontarlos gracias a la visita de un ser muy especial: Dark, es decir, Oscuridad. 

El primer gran acierto del filme, sin duda, es el diseño visual de Oscuridad, que en seguida conquista a los niños y les hace querer un muñeco del personaje. Oscuridad es la forma corporal, mutable y etérea, que adquiere la negrura, la tiniebla, la ausencia de luz. Es la representación de esa oscuridad que atemoriza a los pequeños y a menudo también a los adultos: toma la forma de un gigante encapuchado, con túnica negra, sonrisa propia de gato de Cheshire y una voz cavernosa y sin embargo entrañable (de la que se encarga en el doblaje original Paul Walter Hauser, gran actor a quien Clint Eastwood dio la oportunidad de ser protagonista absoluto de Richard Jewell). 

Orión, con la voz de Jacob Tremblay, es un niño que dibuja a menudo en su diario las cosas que le suceden y los miedos que padece. La lista de sus miedos es larga: miedo a las alturas, a que le piquen las abejas, a que los matones del colegio le peguen, al rechazo, a los payasos, al océano… Pero su mayor miedo es a la oscuridad. En ese cuaderno dibuja esos temores para tratar de gestionarlos. 

Afrontar los miedos y añadir una dosis de sacrificio

orión y la oscuridad película

Una de esas noches en las que sus padres apagan la luz de su dormitorio y dejan la puerta entreabierta, se le aparece Oscuridad. Viene a quejarse de los lamentos diarios de Orión. Le parecen hirientes. Así que está dispuesto a mostrarle, en un viaje por el exterior, las virtudes de la noche y de la oscuridad. Oscuridad sabe que podrá vencer sus miedos si los afronta. 

El segundo gran acierto ha sido dejar el guión en manos de Charlie Kaufman. Recordemos que Kaufman escribió varias maravillas: Cómo ser John Malkovich, Adaptation. El ladrón de orquídeas, ¡Olvídate de mí! (Eternal Sunshine of the Spotless Mind) o Synecdoche, New York, que dirigió él mismo.

Su guión despliega pequeñas referencias culturales que un niño no entenderá pero que entusiasmarán a los adultos: Werner Herzog, David Foster Wallace, el Pennywise de Stephen King, el nihilismo… Son breves guiños que no impiden que los muchachos comprendan la película. Kaufman también introduce en la historia la metanarrativa: pronto descubriremos que la historia que estamos viendo es la que, en el futuro, el propio Orión (ya convertido en padre y adulto con la voz de Colin Hanks) le narrará a su hija Hypatia para que pierda sus miedos. Es la transmisión del saber a través de la oralidad, de padres a hijos.

En otra pirueta temporal veremos también a esa hija cuando es madre de un niño y a su vez le relata la historia. Cada descendiente irá añadiendo nuevas piezas a la trama, de tal manera que el cuento sobre Oscuridad siempre será un “work in progress”.  

El tercer acierto consiste en ayudar a que los niños comprendan que la mejor receta para vencer los miedos consiste, a menudo, en enfrentarse a ellos; pero esto requiere cierta dosis de sacrificio. A que asuman esta verdad: la noche es tan necesaria como el día. Ambos se complementan y sostienen el equilibrio. El miedo, le explican, forma parte de la vida y sin él no se entendería.

También hay un mensaje educativo sobre la necesidad de la familia, y cómo los padres y las madres construyen y reconstruyen los cuentos familiares para que sus hijos los aprendan y se los transmitan a su vez a sus descendientes. Se aconseja verla con los pequeños de la casa, a partir de 6 y 7 años.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.