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Padre Salvador Rivera, vivir la vida como un ofrecimiento a Dios

Salvador Rivera García OCD
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Majo Frias - publicado el 15/08/23
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El padre Salvador Rivera, siervo de Dios, fue un carmelita descalzo mexicano que, desde su propia condición, se dedicó a la pastoral de las personas con discapacidad. Hoy su testimonio es una invitación a vivir nuestra vida como un ofrecimiento a Dios

El padre Salvador Rivera García –originario Salvatierra, Guanajuato, México– fue un carmelita descalzo que encontró el camino de la santidad en un proceso de encuentro con Dios a través del dolor y la discapacidad física.

Tras un accidente ocurrido a sus 35 años, mientras era misionero en una comunidad en la sierra de Durango, quedó cuadrapléjico y, contra todo pronóstico médico, sobrevivió con una salud deteriorada y complicada que lo acompañó por el resto de su vida.

“En Dios no hay accidentes, en Dios no hay casualidades, en Dios todo es providencia, en Dios todo es amor”. 

A partir de ahí, aprendió a ser humilde al tener que depender del cuidado de los demás. “Eso fue vaciándolo de él mismo y lo llenó de una fuerza que venía de Dios”, comentó el padre Eduardo Juárez, OCD, encargado de su causa de beatificación.

Fundación de la FRATER

Con esta espiritualidad encaminada a no quedarse en el dolor, sino trascenderse en él, fue el iniciador del movimiento de FRATER (Fraternidad de enfermos y limitados físicos) en México, que su página web describe como “un movimiento cristiano constituido y dirigido por personas con discapacidad que asumen su protagonismo, luchan por su dignidad humana y aceptan vivir como hermanas reconociendo las particularidades de cada una”.

A través de este movimiento, que este año cumplió su 50 aniversario, su trabajo y testimonio alcanzó a miles de personas que llegaron a reconocer su valor en una época en la que la discapacidad era un motivo de discriminación y estigmatización.

“Solo en Dios nos explicamos cómo alguien en esa condición puede tener aliento de crear, de pensar en el otro, de transmitirle cómo Dios le ama; cómo más allá de esta realidad corporal, de sufrimiento y de dolor, puede haber algo más”, declaró el padre Eduardo.

Padre Salvador Rivera García, OCD

Un testimonio frente a la eutanasia

Este ministerio cobra mucha relevancia en la actualidad, donde los enfermos y ancianos son desechados y no se reconoce el valor de su vida, promoviendo la eutanasia cuando se presentan condiciones no deseables. “Chavita acompañó a estas personas a descubrir que son hijos de Dios, amados de Él, y dignos de ser felices”, comentó el padre Eduardo.

«Él tenía serenidad, paz y agradecimiento con la vida. Tú veías a un hombre con un cuerpo frágil, vulnerable. Veías que no podía moverse, y, cuando estabas con él, te comunicaba una paz, una alegría, una plenitud, una satisfacción con la vida. ¡A mí los pelos se me paraban! Dios tiene que existir para que alguien pueda dar este testimonio de vida», comentó el padre Martín Martínez Larios, OCD, definidor general para América Latina de los Carmelitas descalzos.

Durante los 28 años que el padre Chavita vivió con discapacidad y complicaciones de salud, acompañó a jóvenes y familias, y continuó con su ministerio oficiando misas con gran devoción y confesando a los fieles; además, dictó poesías, oraciones y homilías que han sido musicalizadas por los frailes carmelitas, quienes –como provincia– han entendido la enfermedad también como camino hacia Dios.

“Él se santificó en este proceso de encuentro con Dios a través del dolor, a través de su limitación. Eso nos abre una comprensión diferente de santidad, porque lejos de ser extraordinaria, para él fue muy ordinaria”.

Causa de beatificación

Desde hace algunos años, el Carmelo comenzó a promover su causa de beatificación, pues cumplió admirablemente, y bajo las virtudes de Carmelo, lo que Santa Teresa expresó cuando aseguro que la vida cristiana no es otra cosa sino acoger, entender y expresar los carismas que Dios nos da.

Actualmente es uno de los 51 Siervos de Dios que tiene la orden de los Carmelitas Descalzos (en diferentes etapas del proceso), que pronto podrían unirse a los 13 santos, 28 beatos y 27 venerables que suma la orden.

padre salvador rivera garcía, padre chavita
Mausoleo donde fueron depositados sus restos dentro del Centro de Espiritualidad de los Carmelitas Descalzos en Guadalajara, Jalisco.

“La santidad es más ordinaria que extraordinaria. Ordinaria porque, lo que vives cada día, va asumido desde la fe de otra manera. En ese sentido, la santidad no es algo que esté muy fuera de nosotros, sino más bien es la vida misma que deja ver cómo Dios acompaña, sostiene, consuela; pero también, cómo purifica. Porque quienes estuvieron al lado de él, también vivieron un proceso de purificación, de santificación”, expresó el padre Eduardo.

El padre Martín asegura que tanto la vida como las posibilidades que Dios tiene para las personas son un misterio. En el caso del padre Chavita, un misterio entretejido entre drama humano y sufrimiento. Pero que es, en las personas que lo han vivido, un camino también de humanización; de plenitud humana y espiritual, de vivencia de la caridad. Por eso, “Chavita nos enseñaría como poner, ver y vivir (nuestra situación personal) como un misterio en Dios y colaborar con Él”.

En este link puedes consultar la oración para pedir su intercesión.

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