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¿Hijos adultos que viven en casa de sus padres?

SLEEPING
Mia Schroeder - publicado el 14/07/23
Muchos adultos jóvenes siguen sin querer dejar el nido. El fenómeno de los llamados mammoni o bamboccioni está aquí y llegó para quedarse

El siglo XXI se caracteriza por la tendencia del ser humano a vivir de la manera más cómoda y menos exigente posible, la idea generalizada parece centrarse en tratar de evadir responsabilidades y disminuir los compromisos, disfrutando el aquí y ahora.

Debido a esto, es común que la soltería se prolongue por más tiempo y esto trae como consecuencia muchos casos de hijos adultos que viven con sus padres.

El fenómeno que ya tiene nombre

La decisión de continuar en casa de sus padres les permite a los hijos solteros ahorrar para comprarse un auto, viajar a cualquier destino del mundo o darse la gran vida; menos compartir los gastos de la casa. En Italia, a este fenómeno se le nombró «mammoni» debido a la tradición de la mamá consagrada a servir a su hijo, como a un rey, hasta edades avanzadas.

Están también los «bamboccioni» término que podría traducirse como «bebotes» o jóvenes a los que se les hace muy difícil, casi imposible, conseguir un empleo fijo, pagar una renta o volverse responsables de sí mismos. Muchos se ven obligados a no levantar vuelo y a quedarse atrapados en el esquema familiar. Aleteia consultó este tema con Adriana Tejada, psicóloga y tanatóloga, y nos comparte lo siguiente:

«Primeramente, ha habido un movimiento cultural en la sociedad que venimos arrastrando hace muchos años. En otras décadas los hijos salían de casa para casarse, esa era la forma. Se casaban, hacían su vida y entonces era el momento en que se independizaban».

«El segundo punto es que el matrimonio está dejando de ser la primera opción y se buscan otras alternativas, como permanecer mayor tiempo en casa de los papás o irse a vivir con "rommies", de tal manera que les toque aportar lo menos posible».

La raíz del problema

«Existen diferentes realidades. Podemos encontrarnos a los hijos que no están en su propia casa, cuyos papás se están haciendo mayores y que se van recrudeciendo en ideas; pero también en necesidades afectivas, algunos presentan una mayor dependencia hacia los hijos.

Pero también, tenemos otros papás que ya quieren vivir la etapa del nido vacío, en donde ya no quieren preocuparse ni responsabilizarse de nada que tenga que ver con los hijos ,en un buen sentido, y que quieren disponer de su economía, de su espacio; que los hijos empiecen su vida y que pronto les traigan a los nietos».

Una generación cómoda y sin remordimientos

En una investigación especial sobre la generación millennial en México, realizada por la casa encuestadora De las Heras de Demotecnia, se analizaron datos como hábitos de consumo, actividades a las que se dedican y situación familiar y social.

El estudio identifica que, de los nacidos entre 1980 y 1995, el 47% actualmente se dedica a estudiar, y de este universo, el 75% aún recibe el apoyo de sus padres o familia para cubrir sus gastos, tanto escolares como personales. De hecho, 63% de los encuestados mencionaron que aún viven con sus padres; lo cual no incomodó a cuatro de cada 10 encuestados.

¿Qué hacer?

Si tienes un hijo adulto que aún vive en casa, lo mejor que puedes hacer para una convivencia más sana y llevadera es establecer reglas muy precisas y claras. Aquí te compartimos algunos puntos que nuestra experta te recomienda tomar en cuenta:

  • División de los quehaceres del hogar
  • Contribuciones económicas
  • Horarios
  • Visitas
  • Comportamiento
  • Vocabulario

Recuerda que mientras el hijo siga dependiendo material, afectiva y emocionalmente de sus padres, va a negarse con más facilidad a la posibilidad de abandonar el nido. Salvo algunas excepciones, es probable que sean personas débiles de voluntad, con incapacidad para actuar, para continuar la tarea iniciada, realizar un proyecto de vida y tomar decisiones personales (con estados de indecisión y de duda permanente).

Ten en cuenta que, tarde o temprano, toca decir adiós, pues nada en esta vida es para siempre, mucho menos las personas. Es mejor dar ese paso hacia la libertad, hacia ese estado de desprotección al que no se quieren exponer, pero que les permitirá crecer como personas.

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