Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
En el cerro «El Vigía» de la ciudad de Coquimbo, se levanta el monumento más alto de América Latina, obra que movilizó a todo el pueblo para concretar su construcción y que fue posible gracias a un extenuante trabajo de prácticamente 24 horas diarias durante un año.
Así lo relata su administrador Héctor Pizarro: «La iniciativa partió en el año ’99 con el objetivo de celebrar los 2000 años de Cristo en la tierra, un propósito muy ambicioso, puesto que teníamos solo un año para lograr la construcción de esta estructura. Fue así como se logró convocar a toda la comunidad religiosa de la región, se sumaron empresarios y contamos con gran apoyo del Vaticano y de las autoridades eclesiásticas chilenas. La inauguración fue el 5 de mayo de 2000 con una gran fiesta que congregó a todos».
Un lugar para todos
La amplía participación de la comunidad, llevó a que se lograra levantar la «Cruz del Tercer Milenio», que con 93 metros de altura, está conformada por tres cuerpos independientes, que emergen de un triángulo equilátero cuya base representa a la Santísima Trinidad.
Es en esa imponente estructura donde diariamente llegan personas, grupos y turistas a conocer, pasear y darse encuentro en una obra creada como expresión de la fe católica, pero que con los años se ha convertido en lugar de culto, fiesta y celebraciones.
«El jubileo se vivió con una multitud, llegaron más de 2 mil personas, tuvimos gran participación de las comunidades católicas, colegios, políticos, autoridades. Se puede decir que desde ese día, la Cruz se instaló en la región como el destino predilecto, no solo para los católicos, ya que permanentemente se realizan encuentros ecuménicos, de otras religiones y llegan cientos de personas de diferentes partes a visitarla», señala Héctor.
Hay con ir con energía y las ganas de subir los dos mil peldaños que llevan hasta el área de culto, conformada por una capilla, un museo religioso que cuenta con un gran patrimonio cultural y artículos de gran valor como lo son anillos papales, donados por Juan Pablo II. A ello, se suma una muestra fotográfica que da cuenta de los distintos momentos que hicieron posible la construcción de la Cruz.
«Más arriba, se encuentra la plaza de la oración ecuménica y un templo donde se celebran aniversarios, misas de las fuerzas policiales, distintas fiestas como la Cruz de mayo, realizamos el Vía Crucis más grande del mundo con más de 15 estaciones. Tenemos un campanario que toca más de 500 melodías, la Puerta de Chile de más de cinco toneladas de bronce con la imagen de la Virgen del Carmen, la Puerta de la Caridad, que tiene retratada la imagen de San Alberto Hurtado y tenemos también un Cristo Resucitado», detalla su administrador a modo de resumen de todo lo que se puede encontrar cuando se llega a conocer la Cruz.
Camino a un nuevo Jubileo
«A medida que se acerca el Jubileo del 2025, estamos empezando de a poco a organizar cómo será el trabajo y nuestra participación. Por ahora, ya hemos iniciado con algunas las actividades importantes. El 21 de mayo, se realizó la fiesta de coronación de la Virgen de Andacollo, que contó con la participación del arzobispo de La Serena, René Rebolledo, y con los grupos de bailes religiosos de Coquimbo. Se congregaron cerca de 300 personas en esta celebración muy esperada», comenta Héctor.
Según se desprende del relato y la vivencia que ha vivido el administrador de la Cruz, en estos 23 años desde su creación, la obra ha pasado a cumplir un rol central en la vida de los habitantes de Coquimbo.
«El templo se ha convertido en un lugar que permite variados tipos de encuentros, es tradición que celebremos la Navidad con niños vulnerables, que lleguen a reunirse grupos de adultos mayores, que se concreten visitas y diferentes actividades con grupos de estudiantes, entre otros», prosigue Héctor.
A modo de conclusión, Héctor Pizarro señala: «Siempre tenemos actividades ligadas a lo cultural, la solidaridad el acercar la fe y la Iglesia a las personas, promover la empatía, la misericordia, ponerse en el lugar del otro. Eso es lo que nosotros buscamos con las distintas actividades que realizamos permanentemente, así que la invitación es que vengan a conocerla», puntualiza.