Por lo general, en los menús principales de las plataformas de streaming solemos encontrarnos con las tendencias, las películas de éxito y las series más aclamadas. Y a menudo con varios bodrios que nos quieren colar para sacarles algo de rendimiento.
Esto implica que muchos espectadores se queden varados en dichos menús y no se dediquen a buscar en el fondo de los catálogos y luego se lamenten de la escasa calidad de los contenidos o de lo poco interesantes que les resultan. Pero en toda plataforma hay que escarbar, sea buscando por géneros o por temáticas, hasta descubrir alguna obra que nos atraiga o que no esperábamos encontrar.
Es el caso de los documentales, que hoy nos ocupa: siempre parecen "ocultos", pero en los espacios de streaming suponen una mina y los hay para todos los gustos. Unos días atrás Movistar estrenó el documental "El misterio de la lanza sagrada" (en el original "Le Mystère de la Sainte Lance"), alrededor de 50 minutos dirigidos por el cineasta francés François Barré, autor de un documental anterior titulado "Le mystère de Fatima".
Se trata de una interesantísima pieza de investigación, como suele suceder con los libros y las películas y los documentales que versan sobre las reliquias asociadas a la Pasión de Cristo (clavos, pedazos de la cruz, espinas de la corona…).
Con la voz del actor Vincent Grass como narrador, nos sumerge en las historias y las leyendas relacionadas con la lanza y el propio Longinos, que la utilizó para atravesar el costado de Jesús. Nos cuenta la importancia capital que tuvo en el Evangelio de Nicodemo, referencia citada en alrededor de 400 manuscritos, y nos recuerda que el Vaticano designó la lanza como reliquia oficial del Sacro Imperio Romano-Germánico.
La investigación se bifurca en varios caminos. En el primero de ellos se buscan los orígenes de la lanza exhibida en Viena. Estuvo en manos de Carlomagno y la leyenda sostiene que ganó batallas gracias a su manejo en el combate. Napoleón quiso hacerse con ella. En vísperas de la Segunda Guerra Mundial fue incorporada a los tesoros de Hitler.
Posteriormente sería recuperada por los Monuments Men, un grupo de soldados norteamericanos encargados de rescatar obras artísticas, reliquias y objetos valiosos robados y saqueados por los nazis (George Clooney dirigió una película sobre el asunto). Pero las investigaciones de historiadores y de expertos en los laboratorios no dejaron lugar a dudas: la lanza de Viena no databa del siglo I, e incluso la inscripción “Lancea Domini” era del año 700. Por tanto, estaba lejos de ser auténtica.
Luego se rastrean otros fragmentos de lanzas guardadas en Polonia o Armenia. Pero también son falsas.
Una punta de lanza dividida en dos
La investigación llega, finalmente, a un punto de división. La punta de la lanza, fragmentada en dos, sale en torno al año 600 de Jerusalén hacia Constantinopla junto a otras reliquias porque necesitaba protección. Allí Luis IX de Francia (San Luis Rey) se la compró a Balduino II junto a otras obras valiosas. Su siguiente destino sería París. Pero, al estallar la Revolución Francesa, se pierde su pista. Su paradero final es un misterio.
El otro fragmento acaba en Roma. El Papa Benedicto XIV, guiándose por dibujos de ambas, aseguró que la punta perdida en París y el fragmento de Roma se correspondían. Hoy se cree que dicho trozo está guardado en los archivos del Vaticano. Ya no se muestra al público.
A grandes rasgos, éste es el resumen. Pero conviene que los espectadores descubran los detalles más jugosos viendo el documental: cómo estas reliquias y estos fragmentos de la lanza del destino pasan de manos de emperadores a reyes, de manos nazis a manos norteamericanas y luego a manos austriacas, cómo son trasladadas de un país a otro, cómo son veneradas y cuántos rumores han generado.