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Venezuela celebra cada Miércoles Santo en honor del Nazareno de San Pablo. Este año 2023, la misa estaba prevista a partir de las 4 y 30 de la tarde, en la plaza Diego Ibarra, al lado de la Basílica de Santa Teresa, el templo que resguarda la imagen en pleno centro de Caracas.
El cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo preside la ceremonia. Como buen historiador, recordará los orígenes de la imagen y al Jesús de los evangelios.
Se trata de una de las manifestaciones de fe más importantes del país y que, a decir del Francisco Javier Gutiérrez Núñez, «se le considera la devoción de todo hijo de Caracas». Pero antes de este importante día, es importante conocer qué ocurre el Martes Santo allí, en el imponente templo caraqueño. Es una experiencia única.
Un importante cordón policial
La persona que vive lo que ocurre el Martes Santo dentro de la Basílica Santa Teresa queda marcada para siempre. Lo primero es solventar el cordón de seguridad colocado fuera del templo antes del Domingo de Ramos. «Hoy la entrada al templo no es para todo el mundo», confirmó un funcionario policial el 4 de abril después del mediodía.
Mostrar un carnet no convence al uniformado porque su tarea es mantener el orden. “¡No puedes pasar, amigo, lo siento!”. Los periodistas jamás habían tenido tan poca influencia sobre un cuerpo de seguridad del Estado, especialmente, en esta etapa histórica que atraviesa Venezuela. “Está bien, entraré por otra parte”.
Pero a nadie le falta Dios. Desde la puerta del despacho parroquial, un cofrade reconoce al periodista y le dice: «¡Bienvenido, Ramón! ¿Vas a cubrir la entronización del Nazareno?». La respuesta fue rápida: «Por supuesto. No sabía que aquí se cumple este proceso durante el traslado de la imagen. ¿Por qué no? Me pudiera dejar material para un futuro. Nunca hay que rechazar el llamado que te hace El Nazareno de San Pablo».
¿Por qué la gente siente tanta pasión por esta imagen?
La respuesta no es fácil si no estás presente allí adentro o parado frente al portón que separa a los devotos de la imagen de origen sevillano. Todo, mientras es adornada.
Dentro de la Basílica Santa Teresa, en la tarde del Martes Santo, todo era un ir y venir de cofrades, legionarios, personal de seguridad, algunos sacerdotes que visitaban el templo, periodistas realizando entrevistas y fotógrafos buscando los mejores ángulos.
Para todos era un privilegio estar tan cerca del Nazareno de San Pablo y captar los detalles un día antes de su salida a la calle en Semana Santa. Es algo inolvidable.
«¿Dónde me viste que me has hecho tan perfecto?»
En la intimidad de sus conversaciones, los cofrades no dejan de comentar las características de la imagen. “Algunos historiadores refieren que posiblemente fue Felipe de Ribas en el siglo XVII, aunque esto no está claro”, dice uno de los cargadores. Ello trae nuevamente a la memoria a Francisco Javier Gutiérrez Núñez en “El capitán Antonio de Lemos y el Nazareno de San Pablo (Caracas). ¿Una historia compartida?”, que amablemente compartió unos días antes con el periodista.
«Su bendición en Caracas al parecer se fecha el 4 de julio de 1674, por el obispo fray González de Acuña; pero nada se sabe de cuándo llegó la imagen a la ciudad, aunque se intuye que tuvo que ser poco antes de dicha bendición», escribe el profesor de geografía e historia en Consejería de Educación, de la Junta de Andalucía, España.
También repiten lo que por tradición ha llegado a sus oídos a lo largo de los años junto al Nazareno. «Cuando el escultor terminó su obra se paró frente a ella para admirarla. En ese momento oyó una voz que salía de la imagen diciéndole: ‘¿Dónde me viste que me has hecho tan perfecto?’. El artista, impresionado, cayó al suelo y murió».
«Aunque sea quiero verlo pasar…»
Mientras es adornada la imagen, los portones frontales y laterales permanecen cerrados. Tan solo por los barrotes del más cercano al nicho principal, hacia el sur del templo, se asoman a curiosear algunos niños, jóvenes y adultos, aunque la mayoría lo hace para rezar, entregar flores y esperar a que “el Nazareno sea movido para verlo pasar”.
El escenario de este lugar recuerda el evangelio de Marcos 5, 25-34, cuando aquella mujer que pasó a la historia como “la hemorroísa”, quiso tocar la túnica del Nazareno para sanar. Ante la búsqueda que hacían de ella, encontró una bella respuesta del Salvador: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Es lo que dijeron sentir Josefina y Natalia Nieto quienes acudieron para pedir por la salud de una niña ciega en la familia. «Gracias a Dios nos iremos tranquilas a casa, sabiendo que hemos visto al Nazareno. Junto a él hemos rezado antes del Miércoles Santo».
José Luis Vargas comentaba que asistió para dar gracias por un familiar que estaba postrado en cama y se recuperó rezando al Nazareno. Otros estaban allí para agradecer por haber conseguido empleo o alcanzar su graduación.
Dorian González, responsable de seguridad de la basílica, comentó: «No todos pueden estar ahora aquí adentro, porque estamos preparando todo para el Miércoles Santo, y después de las 11 de la noche del Martes Santo, es cuando pueden ingresar».
Igualmente, uno de cargadores, mostrando su disponibilidad y veneración, aseguró:
«Ahora estamos algo descansados, pero nos motiva que antes de las 3 de la tarde, el Nazareno de San Pablo se moverá desde el área donde fue adornada, y en procesión muy íntima será entronizada en el altar, para las misas del Miércoles Santo».
Adornado con más de siete mil orquídeas y rosas
Abraham Núñez con más de veinte años en la parroquia y seis adornando al Nazareno, seguía recibiendo las Orquídeas que llegaban al templo, a pesar de que los arreglos a la imagen terminaron a mediodía. «Este año los adornos florales son fundamentalmente de orquídeas y rosas blancas y moradas», expuso al conversar con Aleteia.
Las flores sobrantes se entregarán a otras parroquias que las vienen a buscar para adornar sus “nazarenos”, menos famosos y de hechuras distintas.
«El Nazareno lleva su vestimenta tradicional de gala, es decir, la larga túnica morada de terciopelo con bordados hilos de oro que llega hasta los pies; los cordones son también dorados y están trenzados en la cintura».
Este año no lleva el arco de flores detrás de la Cruz sino columnas salomónicas con bellos ramos para realzar la parte frontal. Así, el Nazareno de San Pablo será visible desde todos los ángulos.
Bajo los acordes del Popule meus y el Himno al Nazareno
Antes de las tres de la tarde, alrededor de veinticinco cargadores del Nazareno se apretujaban en torno a la mesa de andas para levantar la imagen. Una leve inclinación hacia los afortunados del citado portón más cercano a su nicho, les llevó tranquilidad y el gusto de «ver pasar al Nazareno», la imagen más venerada en Venezuela.
Al fondo sonaba el famoso «Popule meus» compuesto por el venezolano José Ángel Lamas, en 1801. Desde entonces esta pieza musical identifica al Nazareno de San Pablo en el país suramericano. Fue interpretada por la Orquesta Sinfónica del Núcleo de Fuerte Tiuna y dirigida por Luis Parada, un fiel devoto del Nazareno. Algunos se atrevieron a balbucear la hermosa canción religiosa, a pesar del poco dominio del latín.
La gran novedad fue el Himno al Nazareno de San Pablo (2021), de Miguel Texeira y Richard López, integrantes del Ministerio de Música de la Basílica Santa Teresa.
«Nazareno de San Pablo, quién te ha hecho tan perfecto, del madero te han tallado a imagen de Nuestro Señor. Con la corona de espinas y la cruz que traes a cuesta, la piedad de tu mirada es entrega de amor», repetían a coro músicos y cargadores.
Igualmente sonó «Quiero tu Cruz» y con el «Himno Nacional de Venezuela», quedó oficialmente entronizado. Los rostros de los cofrades se llenaron de lágrimas, sintiendo que el esfuerzo en custodiar, adornar y cargar la imagen a lo largo del año, valía la pena para que sus hermanos caraqueños y de otras regiones de Venezuela, acuden a venerarla.
La imagen quedó en el centro del altar, separada apenas por una reja que la resguardará durante las celebraciones eucarísticas del Miércoles Santo, que se inician a las 12 de la noche. Una secuencia de misas cada hora permitirá turnarse a varios sacerdotes y obispos.
Posterior a la misa que a las 16:30 (hora de Venezuela), y como se ha dicho presidida por el cardenal Baltazar Porras, la imagen estará de nuevo por las calles de Caracas.