Los cardenales y los funcionarios de la Curia romana ya no recibirán tarifas preferenciales ni alojamiento gratuito del Vaticano. El Papa Francisco tomó esta decisión en un rescripto fechado el 13 de febrero de 2023, hecho público por Vatican News recién el 1 de marzo.
El texto, firmado por Maximino Caballero Ledo, Prefecto de la Secretaría de Economía, deroga todas las disposiciones "dictadas por cualquiera y en cualquier tiempo" que permitían a los cardenales, jefes de dicasterios, secretarios, subsecretarios y ejecutivos utilizar los bienes inmuebles de la Santa Sede "libremente o en condiciones especiales favorables".
El Papa también les prohíbe recibir cualquier ayuda para la vivienda de la Santa Sede, en cualquier cantidad o forma. Las entidades propietarias de los inmuebles deberán, por tanto, aplicar las tarifas normales a todos. Cualquier excepción a la regla debe ser autorizada por el Pontífice.
Esta nueva disposición entra en vigor de inmediato y afecta también a los prelados de la Corte de la Rota Romana y a los de las residencias sacerdotales gestionadas por la Domus Vaticanae (Domus Santa Marta, Domus Romana Sacerdotalis –conocida como "Traspontina"–, Domus Internationalis Paul VI, y Casa San Benedetto).
Sin embargo, el rescripto no se aplica retroactivamente: Los contratos estipulados antes de la fecha de su entrada en vigor subsistirán hasta su vencimiento. Su renovación estará entonces sujeta a las nuevas directrices. Las solicitudes de vivienda y subvención presentadas después del 31 de diciembre de 2022 y aún no finalizadas deberán cumplir con el rescripto.
El documento, colocado en el patio de San Dámaso del Vaticano, explica que en un momento en que la situación económica es "de especial gravedad", el Papa pide este "sacrificio extraordinario" para mejorar los ingresos del patrimonio inmobiliario y dedicar más recursos a la misión de la Santa Sede.
Cada vez menos prerrogativas para los cardenales
Esta medida se produce a raíz de otra decisión tomada por el Papa Francisco en marzo de 2021. Debido a la situación financiera del Vaticano, agravada por la pandemia, decidió reducir los salarios de los cardenales en un 10 % y los de los superiores y jefes de dicasterio en un 8%.
La periodista vaticana Inés San Martín publicó un artículo en 2016 explicando que un cardenal en Roma recibía un sueldo de 5000 euros al mes. Tras la reforma de 2021, los cardenales recibirían 4500 euros de por vida. Actualmente 22 cardenales trabajan para el Vaticano en Roma.
Este rescripto papal es parte del lento cambio cultural que ha tenido lugar desde el Concilio Vaticano II – y en particular debido al trabajo del Papa Pablo VI – con respecto al estatus de los cardenales. En los Acuerdos de Letrán, firmados en 1929 con el Estado italiano, se decía que todos los cardenales de Italia debían gozar de "los honores debidos a los príncipes de sangre".
En cambio, el Papa Francisco aboga por que los funcionarios de la Curia sean un ejemplo en términos de su estilo de vida. De hecho, eligió vivir en un apartamento de 70 m2 en la residencia Santa Marta en el Vaticano.
En 2014, estalló una polémica sobre el tamaño del departamento del entonces Secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone, así como el coste de remodelar su casa. Según la prensa italiana de la época, el asunto había exasperado al Pontífice argentino.
