Subirse a un avión para volar a algún lugar puede ser divertido para algunos, pero para aquellos que sufren de aerofobia (miedo a volar) puede ser una verdadera fuente de estrés. Después de todo, puede ser difícil confiar en una máquina hecha por el hombre que se encuentra a miles de pies sobre la tierra.
Recientemente, Molly Simonson Lee destacó este temor en una publicación de Facebook. En la publicación, Lee describe un viaje que hizo desde el Aeropuerto Internacional Charlotte-Douglas en Carolina del Norte hasta el Aeropuerto Internacional JFK en Nueva York en Delta Airlines con una pasajera temerosa sentada frente a ella.
Según Lee, la pasajera la pasó muy mal en el vuelo y quedaba petrificada con cada ruido y movimiento inesperado que hacía el avión. Como le explicó a Upworthy , "estaba muy nerviosa e incluso antes de que el avión despegara, estaba visiblemente conmocionada por cada sonido".
Afortunadamente, Delta tenía a bordo a un asistente de vuelo, Floyd Dean-Shannon, quien estuvo lleno de compasión por la pasajera. "Se dio cuenta y comenzó a explicar qué era cada [sonido], con un tono cálido y tranquilo", compartió Lee.
Una etapa del vuelo a la ansiosa pasajera le resultó particularmente difícil, por lo que Dean-Shannon literalmente se sentó en el piso del pasillo para tomar la mano de la pasajera y tranquilizarla aún más. "Su tono fue muy amable y relajante", señaló Lee.
Atento a un cumpleaños
Dean-Shannon también pudo ofrecer más amabilidad a los demás en el vuelo. Una mujer tenía un cumpleaños, por lo que el azafato "le cantó y le hizo un 'pastel' con todas las golosinas que pudo reunir".
Este nivel de amabilidad va mucho más allá de un buen servicio al cliente. Es algo innato que ningún entrenamiento puede lograr. Como señaló Lee: "Era obvio que él es solo un alma buena y amable que comparte eso generosamente con todos los que se encuentra. Tal amabilidad es rara y un verdadero regalo cuando se encuentra".
Después de compartir la historia, la aerolínea recibió llamadas para que dieran a Dean-Shannon un aumento de sueldo. Si bien no tenemos idea de si las aerolíneas Delta responderán a estas sugerencias, es seguro que los niveles inusuales de amabilidad del asistente de vuelo pueden inspirarnos a mirar nuestras propias acciones diarias; para ver cómo podemos dar una voz o una mano tranquilizadora a quienes lo necesiten, aunque eso signifique tirarnos al suelo.