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5 claves del Papa Francisco para ser osados y tener esperanza

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 23/11/22
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Audiencia general. El Papa Francisco enseña a distinguir la consolación auténtica de otras falsas consolaciones que en realidad nos alejan de Dios

El papa Francisco invitó a saber diferenciar entre los «entusiasmos pasajeros» y el verdadero «consuelo de Dios», durante la audiencia general de este miércoles, 23 de noviembre, que tuvo lugar a las 9:00 horas en la Plaza de San Pedro. 

Tras predicar la semana pasada sobre la desolación, Francisco prosiguió hoy su catequesis sobre el discernimiento y reflexionó sobre «otro elemento importante: la consolación». 

«El discernimiento nos ayuda a distinguir la consolación auténtica de otras falsas consolaciones que en realidad nos alejan de Dios y nos dejan vacíos». 

«La consolación espiritual es un don del Espíritu Santo que nos hace experimentar la presencia de Dios en nuestro interior, nos da alegría y paz, y refuerza en nosotros la fe, la esperanza y el deseo de hacer el bien», dijo el Papa.

La consolación espiritual «también nos da fortaleza en los momentos de prueba y nos impulsa a buscar a Dios sobre todas las cosas», afirmó el papa Francisco que se reunió con grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

A continuación, las cinco claves del Papa Francisco para distinguir la consolación auténtica de otras falsas consolaciones. Así no se corre riesgo de acudir a Dios de manera interesada.

«También nosotros corremos el riesgo de vivir la relación con Dios de forma infantil, de reducirlo a un objeto para nuestro uso y consumo, perdiendo el don más hermoso que es Él mismo». 

1Buscar al Dios de los consuelos

Francisco señaló que la vida de los santos nos brinda hermosos ejemplos de verdadera consolación espiritual. Su «secreto» fue abandonarse con confianza en las manos de Dios y dejarle que sea Él quien haga su obra en ellos y por medio de ellos. Los santos nos enseñan que lo esencial en nuestra vida no es buscar las consolaciones de Dios sino al Dios de las consolaciones

Además de citar el ejemplo de San Ignacio de Loyola, San Agustin cuando hablaba con su madre Mónica sobre la belleza de la vida eterna, así como «la perfecta alegría de San Francisco», el Pontífice recordó la espontaneidad del corazón en Santa Teresa de Lisieux.

Cuando Santa Teresa de Lisieux, de visita en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, intenta tocar un clavo que es una reliquia de la Pasión de Cristo, se pregunta si ha sido «demasiado atrevida». Pero en sus manuscritos autobiográficos, da un conmovedor testimonio de confianza en Dios: «El Señor ve el fondo de los corazones, sabe que mi intención era pura», escribe la santa.

A través de este relato, indica el Papa, "una niña de 14 años nos da una espléndida descripción del consuelo espiritual". Además, recordando que Santa Teresa tendría "la misma audacia" cuando fue a pedir al Papa León XIII la dispensa para entrar en el Carmelo a pesar de su corta edad, y que la obtuvo.

2La consolación de Dios es esperanza

«La consolación tiene que ver sobre todo con la esperanza, mira hacia el futuro, pone en camino, consiente tomar iniciativas hasta ese momento siempre postergadas, o ni siquiera imaginadas, como el Bautismo para Edith Stein», enseñó el Papa.

«La consolación es una paz determinada. Pero no para quedarse ahí sentados gozándola. No. Te da la paz y te atrae hacia el Señor y te pone en camino para hacer cosas buenas. En tiempo de consolación, nosotros sentimos tanto deseo de hacer el bien. Al contrario, en el momento de la desolación sentimos tantas ganas de encerrarnos en nosotros mismos y no hacer nada. La consolación te empuja hacia adelante a servir a los demás, y a la sociedad».

3La consolación no es «controlable»

La consolación espiritual no es «controlable», no es programable a voluntad, es un don del Espíritu Santo: permite una familiaridad con Dios que parece anular las distancias.

«La consolación te lleva a hacer las cosas de manera espontánea, como si fuéramos niños: Los niños son espontáneos. Y la consolación te trae una dulzura y una paz muy grande».  

4La consolación nos hace osados

La consolación nos hace osados, argumentó el Papa. «Cuando estamos en momentos de desolación, de oscuridad interior, decimos: ‘Esto no soy capaz de hacerlo, no. Te derriba la desolación. ‘No, no lo hago. No puedo’.

«Por el contrario, en tiempo de consolación las mismas cosas las asumes con determinación: ‘Yo siento la fuerza de Dios y voy adelante’. Y así la desolación te empuja a seguir adelante y hacer cosas que en tiempos de desolación no serías capaz de hacer…, ni siquiera de dar el primer paso.»

5Atención con las falsas consolaciones

El Papa también advierte sobre las falsas consolaciones, aquellas que no provienen de Dios. 

«Pero hay también falsas consolaciones. En la vida espiritual sucede algo similar a lo que sucede en las producciones humanas: están los originales y están las imitaciones.

Si la consolación auténtica es como una gota en una esponja, es suave e íntima, sus imitaciones son más ruidosas, puro entusiasmo y llamativas, son fuego de paja, sin consistencia, llevan a plegarse sobre uno mismo, y a no cuidar de los otros. La falsa consolación al final nos deja vacíos, lejos del centro de nuestra existencia». 

Por eso, explicó el Papa, cuando nosotros nos sentimos felices y con paz somos capaces de realizar cualquier cosa. Pero no confundir esa paz con un entusiasmo pasajero porque el entusiasmo termina hoy y después se desvanece y ya no queda nada más. 

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