Tras la muerte de la reina inglesa Isabel II en la tarde del 8 de septiembre, la Iglesia de Inglaterra (Church of England) –el nombre oficial de lo que en castellano llamamos Iglesia Anglicana– ha publicado una serie de orientaciones para sus fieles. ¿Cuál es su finalidad? Guiar la liturgia y la oración en estos días posteriores al fallecimiento de la soberana.
Efectivamente, los responsables anglicanos señalan que “muchos desearán recordarla en oración y rezar también por la Familia Real y todos los que están de luto, así como por nuestro nuevo Rey”. Por ello, “las iglesias realizarán servicios para dar gracias por la vida de la difunta Reina y su servicio a la nación y a la Commonwealth”.
Las instrucciones indican que hay que tener en cuenta los contextos: tanto el momento en el que tenga lugar la oración compartida (inmediatamente después de la muerte, en los días anteriores o posteriores al funeral…) como el contexto (si es dentro o fuera de la iglesia, o incluso en las redes sociales).
Servicios conmemorativos oficiales
Los arzobispos de Canterbury y de York de la Iglesia Anglicana han previsto unos servicios conmemorativos oficiales, que “pueden realizarse antes del funeral y durante los siete días posteriores al funeral, pero no deben realizarse el mismo día del funeral”, para destacara el lugar central de dicha celebración, las exequias de Isabel II.
Los principales formularios son los de la Santa Comunión –el nombre que dan al sacramento de la eucaristía–, que ofrecen tanto en lenguaje adaptado actual como en su versión tradicional. Para ello, han presentado tanto unas plegarias (las oraciones colecta y postcomunión, así como el prefacio) como unas lecturas bíblicas adecuadas para los oficios por la reina difunta y por el nuevo rey.
Hay que recordar que los anglicanos no utilizan el Misal, sino un libro propio que se configuró poco después de la ruptura consumada por el rey Enrique VIII en el siglo XVI: el Libro de Oración Común (Book of Common Prayer). Lo que han hecho los jerarcas de la Iglesia de Inglaterra en esta ocasión es ofrecer textos que se puedan utilizar en estos días de luto nacional y de súplica por el nuevo soberano.
Junto a las propuestas para la Santa Comunión, se ha preparado un “servicio de conmemoración especial” para poder emplear fuera del contexto de la eucaristía o, como se señala de la Iglesia Anglicana, “fuera del patrón regular de adoración de una iglesia”, en cualquier tipo de reunión de fieles, o en una oración de la mañana o de la tarde. Algo semejante a lo que los católicos llamaríamos “celebración de la Palabra”.
Oraciones en lenguaje directo
Por esa necesidad de ofrecer recursos que ayuden a la oración en todo momento y lugar, fuera de la formalidad de los templos anglicanos y de las celebraciones litúrgicas, se ha preparado un elenco de plegarias para utilizar “en contextos donde es preferible lenguaje directo”. Se trata de cuatro oraciones.
Veamos la última de ellas, que se ha compuesto para utilizar con los niños:
Dios amoroso,
nuestra Reina ha muerto y la gente está triste.
Gracias por su larga vida
y su cuidado por su gente.
Oramos por nuestro nuevo Rey.
Bendícelo y guíalo cuando comience su reinado.
Amén.
Otras oraciones y textos litúrgicos
Además, hay otra serie de plegarias que, con un estilo más litúrgico, pueden utilizarse tanto en los servicios conmemorativos en las iglesias como “en la oración privada o en grupos pequeños”. Se trata de oraciones con diversas finalidades: de acción de gracias por la reina Isabel II, para encomendar su alma a Dios, por los que sufren por su pérdida, por el nuevo rey…
Y otros muchos recursos, como textos adaptados para la invitación a la confesión de los pecados en las celebraciones, el Kyrie (Señor, ten piedad), la aclamación al Evangelio, letanías de acción de gracias, bendiciones, etc.
No podían faltar los himnos, tan propios tanto de la oración cristiana como de la concreta liturgia anglicana. Se ofrece un listado de cánticos y salmos musicalizados. Como es natural, destacan tres textos bíblicos que expresan la actitud creyente ante la muerte: el salmo 23 (El Señor es mi pastor), el salmo 27 (El Señor es mi luz y mi salvación) y el salmo 121 (Levanto mis ojos a los montes).
¿Y el funeral real?
Está previsto que el funeral se celebre en la iglesia de la Abadía de Westminster, en una fecha que determinará el palacio de Buckingham cuando se concrete toda la programación de estos días de luto nacional en el Reino Unido. Se trata del mismo templo en el que Isabel II fue coronada en 1953 y en el que anteriormente se había casado con Felipe de Edimburgo en 1947.
El Libro de Oración Común cuenta con su propio “Rito de entierro”, que prevé las oraciones, antífonas, lecturas e himnos que se deben utilizar en las exequias de cualquier fiel anglicano. Como sucede en el funeral católico, puede celebrarse de forma autónoma o en el contexto de la eucaristía (en este caso, la Santa Comunión).
Las plegarias son muy semejantes a las de cualquier misa católica de entierro. Por ejemplo, ésta es una conclusión posible a la oración de los fieles (peticiones): “Confórtanos en la tristeza por la muerte de nuestro hermano; que la fe sea nuestro consuelo y la vida eterna nuestra esperanza”.
Si se celebra la Santa Comunión, se reza esta oración después de comulgar: “Concede que este Sacramento sea para nosotros consuelo en la aflicción, y prenda de nuestra herencia en el Reino donde no hay muerte ni llanto ni clamor, sino plenitud de gozo con todos tus santos. Por Jesucristo nuestro Salvador. Amén”. Más tarde, delante del féretro, el celebrante se dirige a Jesús diciendo: “Reconoce, te suplicamos humildemente, a una oveja de tu propio redil, a un cordero de tu propio rebaño, a un pecador que tú has redimido”.
Efectivamente, habrá fórmulas y gestos propios del funeral real, que aún no ha publicado la Iglesia de Inglaterra, pero que tendrán en cuenta la peculiaridad del entierro de la soberana.
Un libro de condolencias
Además, la Iglesia de Inglaterra, en cuanto se conoció la noticia de la muerte de la reina, habilitó en su página web su propio libro de condolencias, de manera que cualquier internauta puede participar escribiendo unas palabras (en este enlace) y leyendo lo que han escrito otras personas (en este enlace).