A veces sólo hay un paso del episcopado a la ermita. Monseñor Jacob Muricken, de 59 años, obispo auxiliar de la diócesis de Pala, de la iglesia siro-malabar, en el estado de Kerala, cruzó el insólito umbral en agosto de 2022, dejando su cargo para instalarse en una ermita que había construido en Nallathanni, en la diócesis de Kanjirappally, también en Kerala.
Ya en 2017 había compartido su deseo de convertirse en ermitaño, pero ahora Mons. Muricken "tomó esta decisión tras la aprobación recibida por el Sínodo de la Iglesia siro-malabar", dijo el 22 de agosto a UCA News el padre Joseph Maleparampil, sacerdote de su diócesis, una semana después de la salida del prelado del episcopio.
Quizás alguien recordará que Mons. Jacob Muricken ya había sido noticia en 2016, cuando quiso donar un riñón a un hindú enfermo.
El arzobispo Jacob Muricken indicó que había tomado esta decisión para "acercarse a Dios y la naturaleza", informa UCA News. También declaró que no veía la hora de pasar el resto de su vida en la oración y la meditación, y llevar una vida respetuosa con el medio ambiente lejos de la ajetreada vida cotidiana de un obispo.
Cuando una persona corriente se convierte en monje o ermitaño, no se nota mucho; pero cuando un obispo se convierte en monje, atrae la atención de mucha gente. Quizás ellos, a su vez, reflexionarán sobre la voluntad de Dios.
Las declaraciones son del Padre Maleparampil, quien continúa:
Y concluyó señalando: