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Por qué el nuevo cardenal le pedirá al Papa más obispos para Paraguay

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Rodrigo Houdin - Aleteia Paraguay - publicado el 26/08/22
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Monseñor Adalberto Martínez, arzobispo de Asunción y quien fuera nombrado como uno de los nuevos 20 cardenales por el papa Francisco, antes de partir hacia ciudad del Vaticano para su investidura este 27 de agosto dijo que abogará por más obispos para su país. ¿Por qué hizo esta mención?

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Adalberto Martínez asume este sábado como el primer cardenal paraguayo. Su país es uno de los países de América Latina con más católicos con relación a su población. Según la Dirección de Estadísticas y Censo de Paraguay, más del 90% profesa el catolicismo.

La designación del arzobispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Asunción como cardenal se recibió con júbilo en el país sudamericano. Para Martínez, este fue un «regalo que Francisco le hace a Paraguay».

Antes de partir hacia Ciudad del Vaticano para participar del consistorio ordinario para la investidura de los nuevos cardenales, Adalberto Martínez conversó con la prensa y dijo que abogará para que Paraguay pueda tener más obispos.

«Estaremos conversando con las autoridades competentes en Roma para llenar las vacancias en las diócesis que necesitan obispos», dijo en aquella ocasión.

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Mínimo seis obispos

Al respecto, monseñor Amancio Benítez, secretario de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), explicó en conversación con Aleteia que los pedidos y nombramientos de nuevos obispos tienen su proceso a través de la Nunciatura y el Dicasterio de los Obispos.

Respecto a la situación de los obispados en Paraguay, Benítez comentó que actualmente algunas zonas están vacantes y en otros sitios fueron creadas nuevas diócesis, pero no cuentan aún con un obispo.

«Nos falta un obispo para Villarrica, en reemplazo de monseñor Adalberto Martínez y desde hace tiempo que necesitamos, para la diócesis de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional», refirió.

Asimismo, el secretario general de la CEP explicó que hay dos nuevas diócesis (Katueté y Caazapá) que fueron creadas, pero como no tienen obispos, por lo que no pueden ser proclamadas.

«Falta también un reemplazo del monseñor Lucio Alfer del vicariato de Pilcomayo, quien ya tiene 81 años. Por último también Monseñor Guillermo Esteklin ya presentó su renuncia por alcanzar la edad 75 años. Necesitamos mínimo 6 nuevos obispos, después podría ser también auxiliares para la Arquidiócesis de la Asunción», comentó.

Paraguay es un país «mimado» por el papa Francisco quien es originario de Argentina, país que tiene fronteras con territorio argentino. Durante su obispado en Buenos Aires, el Sumo Pontífice acostumbraba oficiar misa en las villas habitadas por comunidades paraguayas. Además, es devoto de la Virgen de los Milagros de Caacupé.

Francisco también visitó Paraguay en el 2015, durante una de sus primeras visitas pastorales de su pontificado. Otro Sumo Pontífice que llegó hasta el país sudamericano fue San Juan Pablo II.

Adalberto Martínez, un pastor cercano a su pueblo

Adalberto Martínez se convirtió en el obispo de la Diócesis de Asunción y arzobispo metropolitano el 6 de marzo pasado. Antes, ocupaba el cargo de obispo de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, de Guairá. En este caso una localidad de la cual es oriunda la primera beata paraguaya María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga.

Martínez, quien es devoto a Chiquitina, viajó para su investidura como cardenal acompañado de una de las reliquias de la beata paraguaya.

A monseñor Adalberto se lo conoció siempre como un sacerdote muy cercano a los jóvenes y a las necesidades del pueblo. El mismo lleva 37 años de sacerdocio.

El arzobispo de Asunción tuvo un rol predominante para contener un gran estallido social que se dio en Paraguay en marzo del 1999, conocido como el «Marzo Paraguayo».

En aquella ocasión siete jóvenes que se manifestaban en una plaza de Asunción tras el magnicidio del vicepresidente Luis María Argaña fueron asesinados en medio de la represión. Martínez, hizo de mediador de la Iglesia ante el Gobierno y logró contener la escalada de violencia.

El arzobispo siempre ha tenido una visión crítica hacia la indiferencia del Estado paraguayo ante las necesidades de campesinos e indígenas. Incluso, acostumbra sentar posturas en sus homilías y en las redes sociales.

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