El archipiélago, estratégicamente situado en el centro del Mediterráneo, es famoso por sus monumentos prehistóricos extraordinariamente bien conservados. Sus numerosas estructuras paleocristianas y bizantinas también se encuentran entre las más importantes del mundo.
Malta dicen algunos, es una gran iglesia. Lo es, en más de un sentido. El archipiélago es el hogar de más de 365 iglesias, y los malteses a menudo bromean diciendo que podrían asistir a misa en una iglesia diferente todos los días del año si quisieran.
Como se explicó en artículos anteriores, el paisaje del archipiélago se presta tanto para la contemplación. San Agustín y otros filósofos cristianos afirmaron que uno puede vislumbrar la perfección de Dios mirando las bellezas de la creación. En ese sentido, Malta es un destino perfecto para los contemplativos: el archipiélago ofrece playas excepcionales, acantilados que se elevan bruscamente desde sus aguas cristalinas, impresionantes grutas naturales y exuberantes valles verdes para largas excursiones o paseos que te deleitan con la maravilla del Creado. De hecho, toda esta belleza natural combinada con la riqueza de la historia cultural lo convierten en un excelente lugar de peregrinación, como bien saben los fundadores del nuevo Camino Maltés.
Sin embargo, si ponemos la mirada literalmente debajo de la superficie nos encontraremos con una grata sorpresa. Un intrincado sistema de catacumbas e hipogeos deja claro que el cristianismo maltés es tan antiguo como el cristianismo mismo. De hecho, la comunidad cristiana maltesa es tan antigua como las comunidades de Éfeso, Jerusalén, Corinto y Roma, gracias al naufragio (providencial) de Pablo, como se cuenta en el Libro de los Hechos.
El naufragio de Pablo y el nacimiento del cristianismo maltés
Imagínese esta escena: Es el año 60 d.C. Pablo está navegando a través de las agitadas aguas del Mediterráneo, en un barco perteneciente a la flota del emperador romano. Su destino es la propia Roma, porque el gran Apóstol estaba bajo arresto, y sería juzgado en Roma, después de ser acusado de predicar el cristianismo en Jerusalén.
Golpeado por una tormenta, el barco romano naufraga. Lo que suena como un evento desafortunado, casi trágico, resultó ser el nacimiento de la tradición cristiana maltesa ininterrumpida por 2.000 años. En una de las pequeñas islas del noroeste ahora conocidas (por razones obvias) como los islotes de San Pablo (que puede visitar en tu próximo viaje al archipiélago), Pablo pudo tocar tierra. El texto de Hechos de los Apóstoles (28:1-5) dice lo siguiente:
Esta escena (la de Pablo siendo mordido por una serpiente, sin sufrir consecuencias) ha inspirado a tantos artistas a lo largo de los siglos, convirtiéndose en uno de los temas favoritos de la iconografía paulina. Pero, lo que es más importante, es el mismo evento que llevó a estos hospitalarios lugareños a comprender que había algo especial en su invitado. Muchos comenzaron a escuchar su predicación (incluido Publio, el entonces gobernador romano de la isla, que pronto se convirtió en su primer obispo y santo), y así nació la primera comunidad cristiana de Malta.
Un tesoro bajo tierra
Construidas entre los siglos III y VIII, las Catacumbas de San Pablo se extienden por sí solas a lo largo de un área de más de 22,000 pies cuadrados. Según la tradición local, una vez incluso estuvieron conectadas a la gruta de San Pablo, el lugar donde el Apóstol se refugió tan pronto como llegó a la isla.
Pero las de san Pablo no son las únicas catacumbas en Malta: están también la de Santa Águeda, por ejemplo, que está compuesta por más de 500 tumbas, y no eran solo para cristianos, sino también para judíos y paganos.
Orar como lo hacían los primeros cristianos
Las catacumbas de Santa Águeda ofrecen una experiencia espiritual única. Se dice que la santa misma vino aquí a orar. (La historia de Águeda es conocida principalmente por su horrible tortura y martirio, incluyendo la mutilación de sus senos. La tradición afirma que en las persecuciones, ella escapó de Sicilia a Malta por un tiempo, y estuvo viviendo en Mdina, donde solía orar dentro de estas cuevas).
Sus pinturas se encuentran en mal estado, pero teniendo en cuenta que los frescos datan de los siglos 12 y 13, las imágenes aún son increíblemente claras, podemos notar algunos santos como: Santa Margarita, Santa Lucía, San Blas, San Antonio Abad y otros, así como 13 frescos de la vida de la propia Águeda. También podemos ver claramente una hermosa imagen de Nuestra Señora de las Gracias con el Niño Jesús que descansa en su pecho reconfortante.
Saliendo de la cueva y pasando a través de las catacumbas, uno descubre en los frescos del siglo IV que están representados la concha de la nueva vida, el pelícano simbólico de la Eucaristía y otros símbolos muy característicos de las catacumbas cristianas. Varias de las criptas aún conservan los esqueletos de los primeros cristianos enterrados aquí. Un altar cerca de las mesas para los célebres ágapes (el banquete ritual ofrecido a los que dejaron este mundo)
Allí podemos claramente imaginar a estas personas reunidas en oración antes de la Eucaristía y compartir aquel ágape fraterno con estos cristianos que vivieron 300 años después de Cristo.
Si bien estas catacumbas no tienen el esplendor dorado de las muchas iglesias y santuarios de la isla, el impresionante estado de conservación, la simplicidad y el silencio del lugar lo convierten en uno de los sitios más conmovedores espiritualmente de la isla.
Visitando las catacumbas y los hipogeos malteses
Después de un extenso trabajo de restauración que Heritage Malta comenzó en el año 2015 (con un presupuesto de alrededor de 4 millones de euros, parcialmente proporcionado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional), estas catacumbas pueden ser visitadas por todos aquellos interesados en explorar y aprender más de esta fascinante tradición mediterránea. Santa Águeda se sometió a restauración en el 2017, y también hoy está abierto a los visitantes.
Aleteia tuvo la oportunidad de visitar estas catacumbas e hipogeos, y de hablar con David Cardona, arqueólogo y director de excavaciones. La entrevista ha sido editada para una mejor y clara lectura.
¿Cuáles son los elementos pictóricos, arquitectónicos o escultóricos más relevantes en estas catacumbas, según su criterio?
Artísticamente, los hipogeos malteses sufren de falta de imágenes pictóricas, a diferencia de otros hipogeos en todo el mundo cristiano antiguo. Uno no encuentra, por ejemplo, la impresionante decoración pintada y las imágenes que se observan en Roma y en Sicilia. Esto no significa que no haya imágenes presentes. Las decoraciones florales recientemente descubiertas en un Baldaquino en el hipogeo 17 dentro de las Catacumbas de San Pablo y la tumba pintada de la ventana del complejo 17 dentro del complejo de Wignacourt, nos ofrecen un claro ejemplo de estos. Más numerosos son, sin embargo, los motivos tallados, entre los que destacan los pilares decorados de numerosas “ventanas tumbas”, y los motivos de conchas de vieira que se encuentran en las capillas de las tumbas del mismo tipo.
Arquitectónicamente, sin embargo, los hipogeos malteses proporcionan tipos únicos de tumbas, entre las que se encuentra la ventana tumba (de la cual solo se ha registrado un ejemplo hasta ahora en Roma) y las tumbas de Baldaquino, tumbas arquitectónicamente impresionantes que a menudo se encuentran dentro de los hipogeos de las islas maltesas y, en cierta medida y en diferentes variaciones en Siracusa.
Las catacumbas maltesas se encuentran entre las más importantes de la tradición cristiana, solo las superan las que se encuentran en Roma. ¿Pero por qué no son tan conocidas?
Desafortunadamente, los hipogeos malteses siempre han estado a la sombra de las estructuras prehistóricas locales, que han estado a la vanguardia de la arqueología maltesa. Se podría decir también que los hipogeos malteses han sido eclipsados por las catacumbas romanas, más impresionantes. Por lo tanto, la investigación local se ha concentrado principalmente en comparar el hipogeo maltés con ejemplos extranjeros.
Sin embargo, nuevas investigaciones en las últimas décadas realizadas por especialistas malteses y sicilianos han dado una nueva vida a estos importantes sitios, asegurando que estos hipogeos reciban el interés que se merecen.
¿Cuáles son las características especiales que hacen que estas sepulturas malteses sean únicos en el mundo?
Aparte de los tipos de tumbas ya mencionados anteriormente, los hipogeos malteses contienen tablas excavadas en la roca, llamadas triclinio. Estas mesas probablemente se usaban para las comidas funerarias llevadas a cabo para conmemorar a los difuntos, un rito conocido por los romanos como refrigerium y ágape para los primeros cristianos.
Se sabe que también se llevaron a cabo comidas similares en hipogeos romanos y sicilianos, a través de la evidencia textual y pictórica. Sin embargo, es solo en Malta que toda la instalación fue tallada en la roca viva y, por lo tanto, pudo ser estudiada por los eruditos modernos.
Explora las catacumbas cristianas más importantes fuera de Roma, a través de esta galería de fotos:
Este contenido ha sido presentado en colaboración con Malta Tourism Authority