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En plena cola para entrar en el cine, en Río de Janeiro, una persona pidió a un sacerdote que le confesara. Y un amigo del cura compartió ese hecho inusual en las redes sociales, dando testimonio de que "el sacerdocio no es una profesión" y que el padre lo es "todo el día, el 100% del tiempo".
La experiencia la vivió el padre Matheus Aquino, de la arquidiócesis de Río: había ido al cine con su amigo Pedro Delfino y, mientras esperaban, un hombre lo vio con sotana y decidió pedirle que le confesara allí mismo.
Esto es lo que Pedro escribió en Instagram al comentar el testimonio del Padre Mateo:
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