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¿Qué pasó en la Ascensión de Jesús? ¿Qué cambió?

JESUS' ASCENSION
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Philip Kosloski - publicado el 26/05/22 - actualizado el 18/05/23
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La Ascensión de Jesús ocurrió cuando Jesús ascendió al Cielo después de su resurrección y tiene un significado teológico que alcanza a todo ser humano

La Ascensión de Jesús al cielo es un evento bíblico narrado tanto por san Marcos como por san Lucas.

San Marcos resume el evento en una sola frase.

Entonces el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.


El Catecismo de la Iglesia Católica explica lo que sucede en la Ascensión de Jesús en términos más teológicos.

"La última aparición de Jesús termina con la entrada irreversible de su humanidad en la gloria divina simbolizada por la nube y por el cielo donde él se sienta para siempre a la derecha de Dios".

"Jesucristo, cabeza de la Iglesia, nos precede en el Reino glorioso del Padre para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos en la esperanza de estar un día con Él eternamente".

Jesús está siempre

Si bien la humanidad de Jesús puede haber ascendido al cielo, su presencia permanente todavía está entre nosotros en una variedad de formas, incluida su presencia real en el pan y el vino eucarísticos consagrados.

Los católicos también creen que Jesús vendrá de nuevo al final de los tiempos.

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La fiesta de la Ascensión se celebra cuarenta días después de Pascua y diez días antes de Pentecostés. Y lejos de señalar la ausencia de Jesús, incide más bien su cercanía a nosotros.

En efecto, al introducir la naturaleza humana en la Vida divina, Cristo nos reserva un lugar allí.

Aquí una oración que resume bien el significado profundo de este evento para la humanidad.

Oración

Señor, la Ascensión de tu Hijo es nuestra propia elevación.
Nuestra naturaleza humana participa realmente de tu Vida divina.

Nuestra vida terrena tiene su extensión en el cielo
donde nos esperan los santos y los ángeles.
Aquí es donde vivimos en esperanza.

Señor, Tú desapareces de la vista
sin que dejemos de aclamar Tu Nombre elevado sobre todo nombre.
Como los discípulos, estamos llenos de gran alegría porque nunca nos dejas solos:
nos prometes el Espíritu Santo, fuerza de lo alto que nos enseñará todo.

Jesús, fortalece la fe de nuestra familia
como fortaleciste la de los apóstoles durante cuarenta días.

Antes de pasar de este mundo a tu Padre,
les anunciaste la venida del Espíritu prometido,
para que anunciaran el Evangelio:
fortalece nuestro testimonio de fe, esperanza y caridad.

Jesús Resucitado, Tú nos envías a dar testimonio de tu Presencia en el mundo.

Estamos aquí para seguir tus pasos en todos aquellos que nos han precedido en la fe.

Nuestra vida, la vivimos caminando con confianza.

Disipa nuestras dudas, extingue nuestra ignorancia.

Estando atentos a los pequeños, dejándonos guiar por el Espíritu Santo,

haz que nuestra familia sea signo de tu presencia en el mundo.

Que así sea.

Oración extraída del libro 100 oraciones en familia del padre Ludovic Lécuru, monje benedictino, vicario en Larchmont, cerca de Nueva York.

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