Cristóbal Magallanes nació en el rancho de San Rafael, en Totatiche (Jalisco, México) el 30 de julio de 1869.
Desde pequeño ya era muy devoto de la Virgen del Rosario y del Sagrado Corazón de Jesús.
Ingresó en el seminario de Guadalajara a los 19 años. Una vez ordenado, se le destinó a la parroquia de su pueblo.
Se distinguió por su honradez y su piedad. Se preocupó de mejorar las condiciones de vida de sus paisanos.
Hizo mejoras como la introducción del riego en la agricultura gracias a la construcción de la presa de la Candelaria.
Fundó varios colegios y escuelas de primeras letras, abrió el hospicio de Azqueltán, creó un asilo para ancianos y predicó entre los indígenas huicholes.
Puso capillas en los ranchos de su área. Además, elevó el nivel cultural con la creación de una banda de música.
Hombres de paz acusados de rebeldes
Sin embargo, el 1 de agosto de 1926 se decretó la suspensión del culto público y los católicos quisieron luchar por recuperar el derecho a la libertad religiosa y al culto. Magallanes se negaba a que se emplearan las armas para conseguir justicia.
El sacerdote fue perseguido durante cuatro meses por cerros y barrancos y finalmente el 21 de mayo de 1927 fue detenido por soldados del ejército.
También detuvieron al padre Caloca. Les acusaron de fomentar la rebeldía y declararon:
"No habrán tenido parte alguna en el movimiento cristero, pero basta que sean sacerdotes para hacerlos responsables de la rebelión".
"Solo un momento y estaremos en el cielo"
La mañana del 25 de mayo fueron ejecutados. Antes de morir, Magallanes dijo:
"Soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos".
Y dijo a su compañero:
"Padre, solo un momento y estaremos en el Cielo".
Sus compañeros mártires son 21 sacerdotes (entre ellos san Sabas Reyes) y 3 laicos.
Oración
Oh Dios, que concediste al santo mártir Cristóbal Magallanes
una vida apostólica y una gloriosa muerte
y permitiste que ofreciera el sacrificio de su vida
por la unión de los mexicanos,
concédenos Señor ese espíritu de unión y paz
que él tanto anhelaba
y la gracia que te estamos pidiendo por su intercesión.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.