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La salida del nuncio apostólico en Nicaragua el pasado 6 de marzo, el obispo de origen polaco Waldemar Stanislaw Sommertag, sigue generando repercusiones. Este 12 de marzo fue la Santa Sede la que se expresó a través de un comunicado e indicó que ha recibido con “sorpresa y dolor” la decisión del Gobierno de Nicaragua sobre esa salida.
“Tal disposición resulta incomprensible ya que, durante su misión, Sommertag ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más vulnerables, buscando siempre favorecer las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las Autoridades de Nicaragua”, prosigue la Santa Sede.
“Merece particular mención su participación como testigo y acompañante de la Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno y la oposición política, en vista de la reconciliación nacional y de la liberación de los presos políticos”, señala.
“Convencida de que esta grave e injustificada decisión unilateral no refleja los sentimientos del pueblo de Nicaragua, profundamente cristiano, la Santa Sede desea reafirmar su plena confianza en el Representante Pontificio”, añade el comunicado.
La Iglesia de Nicaragua se abstuvo de comentar
Por su parte, luego de conocida la noticia, la propia CEN difundió un comunicado el 9 de marzo en el que subrayó que se iba a abstener de pronunciarse sobre la salida del nuncio apostólico.
“Como Conferencia Episcopal de Nicaragua reiteramos nuestra adhesión y cercanía al papa Francisco, como también agradecemos al Señor Nuncio Waldemar quien siempre nos ha acompañado en nuestra labor pastoral, haciendo presente el Magisterio y la persona del Papa”, expresaron los obispos de Nicaragua en ese comunicado.
Finalmente, además de aclarar que se trataba de un asunto “de exclusiva competencia bilateral de la Santa Sede y el Gobierno de Nicaragua”, la Iglesia recordó que los obispos fueron informados de la salida de Sommertag por el encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica, monseñor Marcel Mbaye Diouf.
Iglesia veía venir “expulsión”
En tanto, antes del mensaje oficial de la Iglesia, el medio local nicaragüense El Confidencial había publicado el pasado 8 de marzo un artículo en el que calificaba de “expulsión de facto” lo sucedido con el nuncio apostólico Sommertag,
No obstante, tal cual indicaba el medio local, que citaba fuentes de la Iglesia en Nicaragua, en realidad era algo esperado. Esto debido al deterioro de las relaciones entre el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo con el representante de la Santa Sede.
“Fue sorpresa, pero no absoluta. La Iglesia ya lo veía venir”, había revelado la fuente citada por El Confidencial.