Drayke, tenía 12 años y estaba sufriendo bullying. Sus padres se habían puesto en contacto con el colegio y a principios de semana había regresado a casa con un ojo morado. Le dijo a su hermana que había sido producto de un altercado físico con un compañero.
El joven faltó a su entrenamiento de baloncesto, lo que más le gustaba y poco después intentó suicidarse. Sus hermanas lo encontraron, lo llevaron al hospital en estado crítico, pero no pudieron hacer nada. “Tenia 12…. 12 años de edad. ¿Cómo un niño de 12 años que fue amado ferozmente por todos piensa que la vida es tan difícil que necesita alejarse de ella? 💔💔💔”. Así muestra Samie Hardman, la madre de Drayke, en Instagram su dolor.
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Con este mensaje quieren concienciar de los graves problemas que tiene el acoso escolar entre los jóvenes y promovieron un “hastag” en las redes sociales: #doitfordrayke
“Mi bello hijo estaba peleando una batalla que ni yo podía salvarlo. Es real, es silencioso y no hay absolutamente nada que puedas hacer como padre para quitar este profundo dolor. No hay señales, solo palabras hirientes de otros que finalmente robaron NUESTRO Drayke de este lugar cruel”, afirman sus padres.
Ante tanto dolor y sufrimiento sólo se puede llorar:
Y rezar, por eso pedimos una oración por Drayke y por su padres: