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Creo que ha llegado el momento de cambiar la mítica denominación del primer mes del año, “cuesta”, por un verdadero “paredón vertical” (y no de pladur, precisamente). Si habéis visto esa película vertiginosa de Chris O’Donell, “Límite vertical”, sabréis a qué me estoy refiriendo.
Pasada la euforia inicial del uno de enero, tras las campanadas, y de la visita de Sus Majestades, toca apretarse el cinturón. Pero, ¿por dónde empezar?
Las mamás de familia numerosa son especialistas en conocer chollos y gangas para poder llegar a fin de mes y están más que acostumbradas a hacer malabares con los ingresos familiares. Por eso me he entrevistado con una para enterarme de primera mano de todos sus trucos.
Lo primero, reunirme con mi marido
Lo primero y más importante que me aconseja es concretar una fecha para una reunión financiera con mi marido. Antes de ese día ambos debemos preparar muy bien toda la información, para después plasmarla en un excel: recibos, facturas, multas, contratos, etc. cualquier dato que no debamos dejar pasar.
El día de la reunión se crea la hoja de cálculo. Se anotan los ingresos y los gastos en una tabla mensual. Este paso ayuda a hacer una radiografía del estado presente en el que nos encontramos: cuánto ganamos y en qué se nos va el dinero.
Mi entrevistada me sugiere que esta cita la tenga cada trimestre, especialmente si vamos un poco apurados. Me anima también a crear una lista de acciones concretas de ahorro. Por ejemplo en la que apuntemos algo tipo: “llamar a la compañía de teléfono y preguntar por una tarifa más económica”. Y se apunta quién de los dos lo va a gestionar y así, en la siguiente reunión, se verifica si está hecho o no.
A continuación te detallo medidas concretas que puedes implementar en tu casa para abaratar tus facturas. Las puedes leer en la galería de imágenes: