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Cuando ser indispensable es contraproducente para tu carrera profesional

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María José García Crespo - publicado el 17/01/22
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Si te has vuelto tan valioso para tu jefe que tu carrera se ha estancado porque no quiere dejarte ir, es hora de que te vuelvas prescindible. Pero, ¿cómo puedes hacerlo con elegancia?

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Después de cuatro años en el mismo puesto, quizá has descubierto que tu carrera se ha estancado a pesar de haber ido más allá de las responsabilidades de tu cargo.

Mita Mallick, especialista en inclusión, equidad e impacto, ha publicado en la Harvard Business Review cuatro formas para evitar que tu valor como empleado frene tu crecimiento profesional.

“El error crítico que cometiste es que te volviste indispensable”, me dijo una vez un mentor. “Por eso no puedes dejar tu equipo y ascender”.

“Mi jefe con frecuencia ofrecía mi tiempo a otros directivos para que diseñara sus respectivas estrategias”.

“Me pidió que llamara a los vendedores para que compraran mesas de gala benéfica anual. Me hizo escribir sus discursos para eventos externos. Y me pidió que lo ayudara a administrar su perfil de LinkedIn, y pronto otros líderes acudieron a mí con solicitudes similares”.

“Finalmente, me pidió que ayudara al CEO y a otros ejecutivos a prepararse para las entrevistas, porque era muy buena elaborando informes para los medios”.

“La observación de mi mentor fue como un mal despertar”, asegura Mallick. “Había dicho que sí a cada tarea, con la esperanza de que eso me ayudara a conseguir una oportunidad de ascenso”.

Mallick se había vuelto indispensable y su jefe no le dejaba irse. Ser indispensable había acabado con su carrera.

En última instancia, puede obstaculizar el crecimiento y el avance de tu carrera. Aquí hay cuatro maneras de dejar de ser indispensable para garantizar que el progreso de tu carrera no se detenga.

Hazte menos disponible

Si bien nos enseñan que nuestros trabajos son para facilitar el trabajo de nuestros jefes, eso no significa que tengamos que estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Vivir en un entorno siempre activo puede obligarnos a estar siempre disponibles para hacer lo que sea.

“Respondía rutinariamente a los mensajes de texto a las 6:30 a.m. y a las llamadas telefónicas a las 11 p.m. los sábados por la noche. Dejaba todo cuando mi jefe llamaba, incluso respondía a sus solicitudes durante las vacaciones con mi familia”.

“Si haces eso, tu jefe espera que estés disponible en todo momento, porque no estableciste tus límites”, me dijo Christy DeSantis, fundadora y directora de confianza de Fiducia Coaching.

“Todos necesitamos educar a nuestros jefes sobre cuándo estamos disponibles y cuándo no lo estamos. Hay que estar disponible y presente para los momentos profesionales que importan. Y recuerda, los jefes no siempre necesitan o esperan una respuesta de inmediato, así que deja de hacerlo”.

Además de seguir los consejos de Christy, concéntrate en ser productivo durante las horas de trabajo. Por supuesto, sucederán simulacros de incendio ocasionales y tareas urgentes, pero vuelve a educar a tu jefe sobre tu disponibilidad general mientras continúas demostrando tu valor y experiencia.

Decir no y decir sí

Decir que “no” no tiene por qué ser perjudicial para tu carrera. Si cada trimestre se te pide que lleves el equipo más allá, es hora de rechazarlo.

Di que no y ponlo en valor como una oportunidad para que otra persona dirija y aprenda del trabajo. Delega a otras personas que podrían beneficiarse de hacerse cargo de la tarea.

Si tu jefe insiste en que tienes que seguir haciendo ese trabajo, sé explícito sobre otras iniciativas o proyectos en los que tendrás que dejar de trabajar para dedicarte a la nueva tarea.

Deja claro que estás concentrado en realizar un gran trabajo y quieres asegurarte de no dispersarte.

Cuando digas que no, piensa en otra tarea con la que te sentirías cómodo y te emocionaría decir que sí. Prioriza los proyectos que sean importantes y oportunos y que te posicionen dentro (incluso fuera) de la empresa.

Antes de que tu jefe te asigne un trabajo, sé proactivo y levanta la mano para proyectos que puedan aumentar tu visibilidad interna.

Si te has vuelto indispensable para tu jefe, decir que sí a un trabajo que te dé acceso a otros líderes te ayudará a pasar a tu próxima oportunidad.

Sé claro sobre tus aspiraciones

“Cuando empecé a trabajar para mi jefe, dijo que estaría en el equipo solo un año. Pero doce meses se convirtieron en 18  y luego en 24 .

Me dijo que dejara de preocuparme y que me ayudaría a encontrar mi próxima oportunidad. Pasaron cuatro años y no me dejaba ir, me había vuelto demasiado valioso para él. Y había cometido el error fatal de vincular mi carrera a una sola persona”.

“Si tu jefe no apoya el siguiente paso en tu carrera, habla con tantos líderes como sea posible en tu organización sobre tu visión de futuro”, dijo Lola Bakare, propietaria de una potente consultora y coach ejecutivo de marketing. “Puntos extra si logras asimilar todo lo aprendido de tu jefe y qué te ha inspirado en el camino”.

Es más, ella añade: “Si un buen número de líderes están abogando para tu ascenso, será más difícil para tu jefe aferrarse a ti. Nadie quiere ser etiquetado como acaparador de talentos, y el reconocimiento público de tu papel en el éxito podría convertirlo también en un defensor”.

Además de seguir los consejos de Bakare, cuenta a recursos humanos tu visión profesional. En muchas organizaciones, los recursos humanos desempeñan un papel clave en la planificación del talento y comprenderán qué roles se abrirán a corto y largo plazo. Pueden apostar por ti a puerta cerrada para ayudarte a avanzar hacia tu próxima oportunidad.

Ayuda a encontrar a tu sucesor

Si tu jefe está convencido de que eres el único que puede hacer tu trabajo, es hora de hacer que cambie de opinión. Ayúdale a encontrar a tu sucesor. Considera a los miembros de tu equipo y tu red de contactos profesionales que pueden estar interesados en unirse a tu empresa. 

Ofrécete a tu jefe a presentarle talentos clave.

Si tienes un sucesor interno en mente, pídele que te ayude en un proyecto. Esto le dará la oportunidad de ver si le gusta el trabajo y a tu jefe la oportunidad de ver su valía.

A medida que planificas pasar a tu siguiente cargo internamente, ayuda a tu sucesor para que tenga una transición tranquila. Prepáralo para el éxito presentándolo a las partes interesadas. Proponlo para proyectos clave y capacítalo sobre cómo trabajar con su nuevo jefe.

Preparar bien a tu sucesor significa que no serás arrastrado a tu antiguo rol y podrás pasar página.

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