Una agenda bien llevada nos ayuda a organizar el tiempo de una manera correcta, con una estructura que nos permita asignar nuestras actividades diarias de tal forma que las tengamos muy presentes y las podamos cumplir con facilidad.
Así que el inicio del año es también el comienzo de una nueva agenda.
Y qué mejor que incluir el ser más positivos como una tarea indispensable.
El psicólogo Martin Seligman, dentro de sus aportaciones a la psicología, escribió un libro muy interesante sobre la auténtica felicidad. Ahí nos explica la importancia que tiene el tener una actitud y un pensamiento más positivos:
Tenemos que estar convencidos de que es primordial invertir nuestro esfuerzo y recursos para aumentar los sentimientos y emociones positivas con tal de vivir mejor.
Seligman acabó por desarrollar todo un sistema psicoterapéutico enfocado en promover que las personas tengan un modo de vida mucho más positivo que el que usualmente se propone en nuestro estilo de vida actual, que desgraciadamente tiende a ser quejumbroso, mal humorado, frustrado, lleno de reclamos y malos tratos.
La buena noticia es que sí puedes hacer cambios de enfoque y lograr que tu vida diaria esté más centrada en ver el vaso más lleno que vacío. Enfocarnos a comprender que sí tenemos la opción de levantarnos con el pie derecho en vez de con el izquierdo, a tratar mejor a los que te rodean en vez de ser rudo y displicente. Que podemos hacer el bien y no dañar ni lastimar a nadie.
Estar más centrados en disfrutar lo que tienes, en vez de quejarse por lo que no tenemos. Ser positivo es buscar las emociones, los sentimientos, las situaciones y las personas que nos proporcionan más satisfacciones y agrado. Dejar de insistir en repetir una agenda que es desagradable y mantener relaciones tóxicas sin hacer algo para apartarse a tiempo de su efecto negativo.
No es cuestión de tener más dinero ni mejores posiciones sociales o mayor confort; sino practicar una cultura del estar bien consigo mismo y con los demás.
Para comprender mejor de qué trata el ser más positivo, recurrimos a las investigaciones que ha publicado en su libro Seligman, y dentro de las más importantes recuerda que las personas positivas se identifican con ayudar a los demás, pues los egoístas prefieren no donar algo de lo que tienen a los que más lo necesitan.
Es más agradable dar que estar esperando recibir, porque te hace sentir más sensible al sufrimiento y a las carencias de los demás. Sin duda, estas acciones te hacen sentir mejor y más positivo, que pasar por alto las necesidades de los seres más cercanos a ti.
Las personas con emociones positivas se sienten tan alegres que suelen soportar más el dolor y las preocupaciones, sobre todo en relación a la salud y a la seguridad. Pues además, sienten que sus emociones y actitudes positivas logran anular a las negativas.
Las habilidades sociales son mucho más evidentes y atractivas en los que tienen más sentimientos positivos y empatía que los huraños, los penosos y los que prefieren mantener su distancia por una preferencia justificada en que les molesta la gente o prefieren estar solos.
Estabilidad emocional
Sin caer en el exceso ni en el apego, los más sociables y que valoran la amistad, resultan tener más estabilidad emocional.
Dinero y atractivo físico
Un punto muy importante es que la relación con el dinero no tiene un papel importante en la satisfacción emocional positiva. Así que acumular bienes materiales no es una garantía.
Lo mismo se puede decir del atractivo físico y la apariencia personal. Pueden proporcionar ciertas ventajas, como sucede con el dinero, pero finalmente no inciden de forma importante en la sensación de ser positivo y conquistar más el estado de felicidad.
Aunque parezca extraño, pero las investigaciones reportadas, tampoco le dan mucho peso a la salud física.
Entonces el enfoque materialista y superficial de la vida no conducen a una mayor satisfacción ni a una visión más positiva.
Por esta razón buscar la felicidad en esas variables no conduce ni asegura la meta. La respuesta correcta está en la cultura, en el ejercicio de la libertad, en saberse relacionar adecuadamente con los demás, a adaptarse con flexibilidad a las diversas circunstancias de la vida, a ser responsables de los cuidados personales y a vivir de manera más equilibrada, armoniosa y ecuánime. En cierta forma, una vida más sencilla, espiritual y llena de caridad. No hay nada nuevo bajo el sol. Pero prueba poner más lo positivo en tu agenda, desde hoy.