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En el mensaje, dirigido al arzobispo de Los Ángeles a través del cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, el pontífice expresa su dolor por los "efectos devastadores" del desastre. Los tornados han azotado el centro y el sur del país en los últimos días, especialmente en Kentucky, y han causado la muerte de al menos 94 personas y han dejado a decenas más desaparecidas.
El jefe de la Iglesia católica elogió los "incansables esfuerzos" de los socorristas y de quienes atendieron a los heridos, a los afligidos y a los que se quedaron sin hogar. Invoca el don de la "perseverancia generosa" a todos los que trabajan por la reconstrucción.
Por último, el Papa también aseguró sus oraciones por la "paz eterna" para las víctimas, el "consuelo" para los que lloran la pérdida de sus seres queridos, y deseó "fuerza a todos los afectados por esta inmensa tragedia".
Ya el día anterior, en el Ángelus del 12 de diciembre, el Obispo de Roma había asegurado sus oraciones a las víctimas de los tornados.
