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Astutillo (Tito) Malgioglio es un ex arquero de 63 años que recibió el Orden del Mérito de la República Italiana, "por su constante y valiente compromiso de ayudar e integrar a los niños con distrofia".
Un visita que le cambió la vida
Todo comenzó en 1977 después de una visita a un centro para discapacitados que le cambió la vida. A raíz de ello decide fundar con su esposa Raffaella una asociación en Piacenza, llamada Era77, para la recuperación motora de niños distróficos.
"Vuelve a tus monstruos"
En aquellos tiempos la discapacidad causaba temor; o aún peor, quien la padecía eran objeto de "bullying", se reían de estas personas con dificultad, y las catalogaban como "tontos", o peor, "monstruos".
Tal es así, que cuando fue jugador del Lazio, los fans del club no le perdonaban que perdiera tiempo en aquellos niños; pensaban que era causa de poca profesionalidad en la cancha.
"Vuelve a tus monstruos", le gritaron una vez. Tito, se enojó, se sacó la camiseta y la tiró al suelo: sus niños estaban primero.
En el año 1995, Era77 tuvo que cerrar su gimnasio de rehabilitación por falta de fondos. Sin embargo, Austillo continuaba con su gran labor yendo casa por casa para ayudar a las familias y a "sus niños".
Cuenta una mamá al Corriere della Sera:
Un año muy duro para Tito
La falta de fondo golpeó de nuevo la asociación y tuvieron que cerrar en el 2001, la asociación siempre se había manejado con el dinero que Tito había ganado como portero.
Fue un año muy duro para el deportista debido también a un problema grave de salud..
Más de un premio
En el 2018, su compromiso social fue reconocido con el premio ISUPP (acrónimo de "Soy una persona respetable").
En el 2019 recibió el premio BUU - Brothers Universally United, establecido por el Inter y destinado a figuras que se han destacado por sus méritos humanitarios contra la discriminación y el racismo
Y como dijimos al principio, el 13 de noviembre de 2021 fue galardonado con el título oficial de la Orden del Mérito de la República Italiana por parte del Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella.
"El premio me hace muy feliz, pero estoy muy sorprendido: no me merecía nada. Se lo dedico a los chicos, ellos son los que me hicieron vivir bien mi vida, son ellos quienes me ayudaron".
Gracias a este premio, se conoce el trabajo silencioso de un ex arquero, que junto a su esposa e hija, por tantos años han sido eco de los más débiles, han regalado una sonrisa con la única esperanza de ser devuelta con más intensidad, han cambiado la palabra "monstruo" por la de "hermano".
