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“Orgullosos del trabajo de quienes trabajan por el desarrollo de la región, premiamos a los cajamarquinos del Bicentenario”.
Así se saludó desde el Gobierno Regional de Cajamarca, ciudad montañosa del norte de Perú, a las 48 personas fueron galardonadas con la Medalla del Bicentenario con motivo de las fiestas jubilares por los 200 años de independencia (1821-2021).
Pero entre ellos surgió un nombre especial, nada más ni nada menos que el de Cabrejos, quien además de estar identificado con la Iglesia de Perú también es el encargado de presidir la Celam.
Efectivamente, Cabrejos, hombre nacido el 5 de julio en el distrito de Llama, Chota, Cajamarca, recibió el pasado 29 de octubre la Medalla Bicentenario que otorgaron las autoridades de su tierra natal.
“Mons. Cabrejos, Arzobispo Metropolitano de Trujillo, fue reconocido con esta distinción por su ardua y fructífera labor pastoral al servicio de la Iglesia en el Perú y de la Iglesia en América Latina y El Caribe, promoviendo el desarrollo sostenible e integral de la persona en un marco de paz”, señala un párrafo del comunicado difundido por la Iglesia de Perú al hacer referencia a este tema.
Así agradeció Cabrejos la distinción a través de las redes sociales:
Para conocer más datos sobre Cabrejos ver aquí.
Cabrejos también premiado por “Respira Perú”
No es la primera vez que Cabrejos es distinguido en Perú durante 2021. En el mes de julio recibió la “Medalla al Mérito Ciudadano”. En ese caso debido a su calidad de coordinador general de la campaña “Respira Perú”, la famosa iniciativa solidaria desarrollada entre la CEP, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).
Precisamente, en ese tiempo, esa campaña cumplió un año bajo la consigna de evitar que los peruanos murieran por la falta de oxígeno derivado de la pandemia del coronavirus. Sin dudas se trató de una ardua tarea que ha logrado recaudar dinero para entregar decenas de plantas de oxígeno medicinal. Pero también donó otros insumos como ventiladores mecánicos o balones de oxígeno.
“Ya somos parte de un nuevo tiempo, un tiempo en el que la generosidad, la fraternidad y el amor por el prójimo se han materializado en cada persona que hemos ayudado. Y eso tiene un valor profundamente humano y cristiano”, había expresado en aquel entonces también agradeciendo a quienes colaboraron con la iniciativa.