Este 28 de septiembre Chile dio un paso más en la despenalización del aborto. Sucedió luego que la Cámara de Diputados aprobara en general el proyecto que ofrece luz verde al aborto hasta las 14 semanas de gestación.
“Con 75 votos a favor, 68 en contra y 2 abstenciones, la Cámara aprueba el proyecto para despenalizar el aborto consentido por la mujer dentro de las primeras catorce semanas de gestación", informó la Cámara de Diputados a través de Twitter.
El proyecto deberá volver a la Comisión de Mujeres para la concreción del articulado. Luego de esta etapa el proyecto deberá pasar a la Cámara de Senadores para su votación.
En Chile, desde 2017, la despenalización del aborto se había aprobado en tres causales (riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación). Aquella aprobación, que recibió el respaldo del Tribunal Constitucional representaba una promesa de campaña de la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
Actualmente, en un nuevo contexto y bajo la presidencia de Sebastián Piñera, quien históricamente se ha pronunciado contra la despenalización del aborto, la iniciativa que se discute en el congreso es la de 2018 que busca modificar la vigente vinculada a las tres causales.
Los ecos de lo sucedido este 28 de septiembre persisten y más allá de las diversas posturas legislativas una vez más ha surgido la voz de la Iglesia de Chile. Este 29 de septiembre el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile emitió una declaración en la que se lamenta profundamente la decisión de la Cámara de Diputados.
“El primero de los derechos humanos es el derecho a la vida, que ha de ser respetada desde la concepción hasta la muerte natural. Por eso, no matar deliberada y directamente al inocente es un absoluto moral cuyo reconocimiento y protección resulta indispensable para la vida en comunidad”, reafirman los obispos este miércoles.
“Está claro que hay situaciones humanas complejas, y a veces dramáticas, que pueden surgir de un embarazo. Pero nada de ello se soluciona con la eliminación deliberada de un ser humano indefenso e inocente”, prosiguen en otro pasaje.
“Si la dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario, consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad”, agregan (ver mensaje completo aquí).