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La exigencia a los familiares ha sido clara y directa: 15.000 dólares. Con llamadas y amenazas han tenido que convivir recientemente los seres queridos de un ecuatoriano que desapareció en la frontera entre Estados Unidos y México.
El caso de este hombre, para nada novedoso y señal de un drama que en los últimos meses se ha incrementado en Ecuador, vuelve a generar indignación y avidez por soluciones.
“Me dijo que todo estaba difícil. Él no quería migrar, pero ya no tenía para mantener a sus cuatro hijos”, fue lo que dijo la hermana de este hombre en diálogo con El Comercio, medio local que hace referencia a este tema del secuestro de un migrante oriundo de Azuay dedicado a la agricultura.
Las hijas no dejan de preguntar por el hombre desaparecido y la gran sospecha de su hermana es que detrás de esta situación está también la acción de los “coyotes” (personas que favorecen el ingreso ilegal de inmigrantes).
Efectivamente, según añadió su propia hermana, el hombre había pedido un préstamo para costear la travesía con un coyotero. Una vez en viaje, ya rumbo a Estados Unidos, logró acceder a Ciudad Juárez en México.
Sin embargo, tras el intento de pasar a Texas la patrulla fronteriza lo devolvió a México y luego de eso comenzó lo peor.
“Le tengo una mala noticia, su hermano se escapó”, fue la llamada que recibió la mujer de parte de las personas que le habían empezado a exigir más dinero luego del primer intento de pasaje a Estados Unidos que fracasó. La pesadilla continúo en los siguientes días con otras llamadas en la que se exigía el depósito de dinero, además de otras amenazas, incluso hasta con algunos videos de su hermano. En la desesperación, concluye el medio ecuatoriano, la mujer pidió dinero y depositó dinero en distintas cuentas para su rescate. No obstante, luego de eso todo fue silencio y el reclamo de ayuda a los gobiernos no cesó. “Sé que nos aferramos a un milagro”, concluyó.
En los últimos días ha estado en la agenda la situación de miles de ecuatorianos que han viajado a México antes de que empezara a regir la exigencia de una visa (4 de septiembre). El objetivo de estos migrantes ecuatorianos era el ingreso a Estados Unidos a través de pasos fronterizos irregulares, como lo acontecido con este caso de secuestro.
La situación, que para algunos analistas tiene hasta puntos en común con la ola migratoria que se dio en la década del 90 en Ecuador, genera preocupación por las amenazas que conlleva. Por ejemplo, los “coyotes” y las nuevas rutas tras el pedido de visa de México. Algo que también parece encarnizarse en este nuevo caso de un secuestro de un migrante ecuatoriano.
Mientras todo esto acontece, y se suman nuevos capítulos en diversas fronteras de América Latina, retumban en los oídos una vez más las palabras del papa Francisco con respecto a los migrantes, a quienes se ha referido muchísimas veces en lo que va de su pontificado. Tal vez lo más elocuente, en este caso, aquellas palabras:
“¡Son personas, no se trata sólo de cuestiones sociales o migratorias! ‘No se trata sólo de migrantes’, en el doble sentido de que los migrantes son antes que nada seres humanos, y que hoy son el símbolo de todos los descartados de la sociedad globalizada (ver Vatican News, julio 2019)”.