La paz interior a menudo puede ser esquiva, especialmente en un mundo con muchas distracciones.
Queremos encontrar descanso, pero nunca lo hallamos.
Una forma de entrar en una paz que perdura es pedirle a Dios que te guíe por ese camino, preparando tu alma para la paz que nunca termina.
Aquí hay una breve oración adaptada del Breviario Romano que se enfoca en este deseo de nuestros corazones.
Oh Dios, de quien proceden todos los santos deseos,
todos los buenos consejos y todas las obras justas:
da a tus siervos la paz que el mundo no puede dar;
que nuestros corazones puedan obedecer Tus mandamientos,
y también que por Ti seamos defendidos del temor de nuestros enemigos
y podamos pasar nuestro tiempo en reposo y quietud.
Amén.
Dios está constantemente a nuestro lado y nos mira con amabilidad y misericordia. Darse cuenta de este simple hecho y reconocer su presencia amorosa es un paso decisivo para la paz, en cada uno y en el mundo.
Aquí tienes algunos bellos versículos de la Biblia que dan paz: