Una monja dominicana de Zaragoza, España, Sor María Isabel Lora, es conocida por varios de sus libros, El puchero de las monjas o Los dulces de la monjas.
Ella decía algo muy interesante, cierto y que es necesario poner en práctica especialmente en esta época "apurada" en la que vivimos: "ofrecer buenos y apetecibles platos une a la familia y es misión de los padres mantener unidos a quienes la integran".
Y es que la cocina constituye uno de los medios para transmitir cariño y amor, algo fundamental que no puede faltar en una familia.
Por ello es necesario cocinar y que se vuelva una "moda" para cambiar o resistir a la actual sociedad apurada y preocupada por muchas cosas; pero con vacíos de hábitos alimentarios saludables y que no come sanamente.
Como padres la vida cotidiana nos apremia y desborda muchas veces. Pero sabemos que tenemos la responsabilidad con nuestros hijos de proporcionarles todo lo necesario para nutrirlos emocional y físicamente desde que nacen.
Comenzamos a alimentarlos al menos con leche materna o de fórmula durante los 6 primeros meses; pero luego ya el bebé tiene más necesidades nutricionales que deben ser complementados con los alimentos.
Y es ahí donde a los padres les genera ciertas dificultades como: qué alimentos se le pueden dar y cuáles no, de qué forma prepararlas, si es mejor las que nos ofrecen en el mercado (papillas, cereales en caja, leche de primer crecimiento…).
Pero las dudas no terminan aquí: A medida que van creciendo comienzan los rechazos por parte de los niños a determinados alimentos y la apetencia por otros no saludables. Y este es un momento crucial donde los padres deben ponerse la camiseta de educadores y hacer educación alimentaria. Por ejemplo con algo simple: cocinando ellos.
La educación alimentaria en casa es fundamental para que nuestros niños crezcan sanos, y se desarrollen adecuadamente. Lo ideal es que comience a partir de sus primeras comidas para que los buenos hábitos alimentarios perduren en el tiempo y se conviertan en adultos sanos en el futuro.
Una mala alimentación en los niños puede traer consecuencias en su salud. Una manera de cuidarlos es mejorando su alimentación; principalmente, disminuyendo dietas ricas en azúcares y grasas, alimentos ultraprocesados.
Por otro lado, el sedentarismo (en parte por el exceso de uso de tecnologías), afecta su salud. Esto ya se ve reflejado en variadas investigaciones y reportes de salud infantil, que muestran un crecimiento exponencial de la obesidad y de la diabetes infantil a causa de una alimentación no saludable y la falta de actividad física..
Para hacer un cambio positivo, es necesario empoderarnos como familia y crear las posibilidades para mejorar, cambiar y evitar estas consecuencias desfavorables en la salud de nuestros hijos. Para ello, es necesario buscar estrategias, una sencilla es cocinar.
Cocinar es una de las actividades que une a la familia. Es un tiempo de calidad que le dedicamos a nuestros hijos y también es una manera de estimular su aprendizaje.
Podemos enseñarles muchas cosas importantes de forma didáctica y entretenida; pero para ello se requiere de concentración y trabajo en equipo.
Entre las cosas que podemos enseñarles en la cocina además de alimentación es, para qué sirven los instrumentos de cocina; la importancia de la seguridad alimentaria; los cuidados que hay que tener a la hora de cocinar. Sirve para hacer comidas saludables y que los niños prueben alimentos nuevos o nuevos platos.
Por supuesto que esta actividad puede suponer riesgos para los niños, por ello debe ser realizada y adaptada de acuerdo a la edad del niño.
Lo ideal es comenzar entre los 4 y 5 años, porque es la edad que su psicomotricidad les permite llevar a cabo tareas básicas y eficaces en la cocina, pero pueden participar desde bebés de distintas maneras.
Para evitar riesgo a la hora de cocinar es importante establecer ciertas reglas en la cocina. Hay que hacerlo siempre antes de comenzar a cocinar, sentarnos con ellos, captar su atención y explicarles pacientemente las reglas básicas de acuerdo a lo que saben. Estas pueden ser que en el microondas no se pueden poner objetos de metal; que cuando el horno está prendido esta muy caliente y se debe tener cuidado de tocarlo porque se puede quemar; enseñarles por donde se agarran las cacerolas para no quemarse; como se usan los instrumentos de cocina, entre otros.
Además es un buen momento para hablar sobre la higiene en la cocina, como el lavado de manos; atarse el pelo largo; el uso de delantal; el lavado de vegetales y frutas; el cambio de tablas y utensilios al utilizar alimentos crudos y cocidos.
En esta página se puede imprimir reglas de seguridad para los niños en la cocina y de seguridad de alimentos: http://es.nourishinteractive.com/nutrition-education-printables/4-ninos-cocinar-en-la-cocina-reglas-de-seguridad-imprimibles
Sentado en su sillita, podrá ir percibiendo los distintos aromas y observando lo que se está haciendo allí.
Se le pueden acercar alimentos que se estén usando para que manipule y pruebe (adecuado a su dieta y proporcionándoles de forma segura), también utensilios de cocina como las cucharas y tazas medidoras.
Ya son capaces de revolver, mezclar, usar el palo de amasar y batir a modo de juego. Pueden volcar harina u otros sólidos y líquidos dentro de un recipiente.
Logran trasvasar ingredientes de los paquetes al recipiente o vaciar el agua de las aceitunas, también pueden también lavar las verduras y frutas.
Son capaces de manipular vegetales con hojas, separarlas del tallo, romper y batir huevos, así como también podían moler con el mortero, pisar papas hervidas con un tenedor, usar cortantes o moldes para masas, dar manija en la máquina de pastas, condimentar y revolver preparaciones.
Además ya pueden poner y levantar la mesa con ayuda.
A esta edad ya están en condiciones de cortar con cuchillo sin sierra y de punta redondeada vegetales (dárselos en bastones y bajo supervisión).
Podrían cascar los huevos, separar la yema de la clara en un recipiente, batir las claras a nieve, distribuir la harina o mantequilla por un molde, usar el rallador, pelar remolachas hervidas.
Ya pueden realizar tareas que impliquen mayor atención y responsabilidad como por ejemplo, abrir y cerrar el horno, usar cuchillos con filo y con sierra, hacer un omellette en el sartén, pelar zanahoria, pepinos, frutas para licuar, cortar el pan, insertar los trocitos de carne o fruta en una brocheta, decorar dulces.
Se puede dejar pesar, exprimir cítricos, rayar pan, estirar masas, hacer figuritas, usar las tijeras, recoger los utensilios, guardarlos y secarlos.
Todas estas tareas deben ser siempre acompañadas de un adulto, y deben ser asignadas acorde a su edad, luego de los 5 años se le puede ir dando más labores de acuerdo a lo que percibamos que ya es capaz de ir haciendo.
No es necesario que cocinemos con ellos a diario pero sí es importante hacerlo alguna vez en la semana, y que ellos se sientan involucrados en las tareas cotidianas de la cocina todos los dias, como ser lavando las frutas y vegetales, acompañando en la compra, haciendo la lista de la compra, o poniendo la mesa.