El papa Francisco viajará el próximo domingo, 12 de septiembre, a Budapest para la conclusión del 52º Congreso Eucarístico Internacional. Es su primer viaje tras una delicada operación al colon realizada a principios de julio.
Después de la misa, su peregrinación continuará durante unos días en Eslovaquia y concluirá el miércoles siguiente, 15 de septiembre, con la gran celebración dedicada a Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de ese país.
Al respecto, el Papa aseguró: “Serán días marcados por la adoración y la oración en el corazón de Europa” (Ángelus 05.09.2021).
El líder de la Iglesia Católica agradeció y saludó a quienes prepararon el viaje. Dirigiéndose a quienes lo esperaban en Eslovaquia y Hungría (del 12 al 14 de septiembre), expresó su deseo de conocerlos. Además pidió a todos los católicos que lo acompañaran en oración en este viaje. Asimismo crecen las expectativas alrededor de su itinerario pastoral.
En efecto, las recientes palabras del Papa en el ángelus pasado, parecen ser una ‘rama de olivo’, dirigidas a las autoridades civiles hungaras. Según el programa oficial, el 266 sucesor de Pedro debería reunirse con los dirigentes del Estado. A saber, el presidente János Áder, el primer ministro Viktor Orbán y otros dignatarios del Estado.
Sin embargo, en la reciente entrevista concedida a la radio española COPE, difundida la semana pasada, el comunicador Carlos Herrera preguntó al Papa sobre su encuentro con el primer ministro de Hungría, Víctor Orban, con quien- dijo el comunicador español- no comparte algunos puntos de su programa de gobierno, especialmente lo relativo al cierre de fronteras.
El Papa respondió a la cuestión: "Yo no sé si me voy a encontrar con él. Sé que autoridades van a venir a saludarme. Yo no voy al centro de Budapest, sino al lugar del Congreso [Eucarístico], y hay un salón donde me reuniré con los obispos y ahí recibiré a las autoridades que vengan. No sé quién vendrá.
Al presidente lo conozco porque estuvo en la misa en Transilvania, esa parte de Rumanía donde se habla en húngaro, una misa preciosa en húngaro, y vino con un ministro. Creo que no era Orban... porque al final de la misa se saluda formalmente... yo no sé quién vendrá...
Y una de las cosas que yo tengo es no andar con libreto: cuando estoy delante de una persona la miro a los ojos y dejo que salgan las cosas. Ni se me ocurre pensar en qué le voy a decir en el caso de estar con él, son una serie de futuribles que a mí no me ayudan. Me gusta lo concreto; lo futurible te enreda, te hace mal.".
En este contexto, el papa viaja como líder espiritual, a Hungría y es inevitable que estreche la mano de las autoridades civiles del país anfitrión del evento eclesial. No obstante, sean publicas sus advertencias sobre el peligro de los nacionalismos en su encíclica Fratelli Tutti.
Esto porque, sostiene, «el precio más alto lo pagan los que más fácilmente pueden convertirse en los otros: los extranjeros, los migrantes, los marginados, los que habitan las periferias existenciales.”
Además el programa del Papa procedería en línea con el protocolo de la Santa Sede a favor del multilateralismo.
La política nacionalista de Orbán y de sus aliados en Polonia, Italia y Francia, entre otros, podría se considerada opuesta con la posición del Papa Francisco respecto a las fronteras. No obstante, el Papa viene a promover el diálogo entre los cristianos, sin importar las banderas o las ideas.
“Los nacionalismos cerrados y agresivos y el individualismo radical desmoronan o dividen el nosotros, tanto en el mundo como dentro de la Iglesia”, ha denunciado.
En el pasado Angelus, el Papa también confió su peregrinación apostólica "a la intercesión de tantos heroicos testigos de la fe", que dieron testimonio del Evangelio en medio de la hostilidad y persecución en Hungría y Eslovaquia.
El Papa les imploró a que ayuden a “Europa a dar testimonio aún hoy, no tanto con palabras, sino sobre todo con hechos, obras de misericordia y hospitalidad, de la buena noticia del Señor que nos ama y nos salva”.
Cabe recordar que el Congreso Eucarístico Internacional que inició en Budapest este sábado debía celebrarse el año pasado, aplazado por la pandemia de coronavirus.
Ahora se esperan que las medidas sanitarias adoptadas sirvan para contener los contagios de covid-19 entre los participantes a Congreso, especialmente durante la multitudinaria misa conclusiva que presidirá el Papa el domingo próximo, y que tendrá lugar asimismo en una plaza emblemática de la capital de Budapest: la Plaza de los Héroes.
Según la página del evento, las Informaciones epidemiológicas son evidente básicas, así se lee: “La participación en los eventos no está sujeta a un certificado de vacunación, pero recomendamos que debido a la gran cantidad de participantes, todos contribuyan a mantener sano su propia salud y la salud de los demás: use un desinfectante de manos y / o mascarilla si es necesario”.
Hungría tiene 812.793 personas confirmadas de coronavirus, ha aumentado el número de enfermos confirmados en 262 desde el día anterior. 146 mil son los casos registrados en Budapest.
En los últimos 15 meses de pandemia, Hungría es el país que registra el mayor número de muertes al mundo después de Perú, en proporción al número de habitantes.
En Irak, su último viaje apostólico, el papa Francisco celebró una misa multitudinaria en un estadio con la mitad de su capacidad.
La última vez que un Papa visitó el Congreso Eucarístico fue hace 21 años, con la visita del Papa San Juan Pablo II – en Roma.
Ahora, el 52º Congreso Eucarístico Internacional en Budapest se realiza en el contexto de la pandemia de Covid que plantea cuestiones vitales para la fe y la solidaridad del viejo continente y del mundo cristiano.
El Congreso vuelve a celebrarse en Budapest después de más de 8 décadas (1938) en el ‘corazón cristiano de Europa’, que ya fue amenazado por la conflagración mundial y el sufrimiento de la dictadura atea.
La finalidad del Congreso, en palabras del cardenal Peter Erdö, primado del país, es "servir a la renovación espiritual de nuestra comunidad de fieles, Europa y el mundo”.
El Papa Francisco concluirá el Congreso Eucarístico - así como dicta el objetivo del evento- para confirmar en la fe y reconstruir la identidad cristiana, trabajar por la reconciliación de los pueblos e impulsar el diálogo entre los cristianos.
Por otro lado, la iglesia en Eslovaquia dio marcha atrás y cambió su decisión de que sólo las personas vacunadas contra el Covid-19 podían asistir a los actos de la próxima visita del papa, debido a un bajo número de inscripciones.
"Un test negativo o una prueba de haberse recuperado del Covid-19 en los últimos 180 días serán suficientes para obtener un billete" para ingresar, declaró la conferencia episcopal de la iglesia católica eslovaca (SBC), en un comunicado. En el país, sólo un 49% de los adultos está totalmente vacunado, frente a más del 70% en el conjunto de la Unión Europea.