Septiembre es el mes dedicado a los Siete Dolores de María y podemos convertirlo en una reparación devota al Doloroso Corazón de nuestra Santa Madre. Al hacerlo, podemos encontrar alivio para nuestras propias penas, además de una gran alegría.
Este mes está repleto de hermosos días festivos dedicados a Nuestra Señora y a grandes santos que moldearon sus propias vidas según su ejemplo. Marcar los días de este mes con celebraciones significativas hará que el inicio de un nuevo año escolar y profesional sea mucho más satisfactorio. ¡Señalemos ahora nuestros calendarios!
¡No hay nada como una fiesta de cumpleaños para aportar alegría y diversión a la semana! ¿Cuánto más deberíamos recibir del cumpleaños de nuestra Madre Celestial, cuyo “sí” nos trajo el nacimiento de nuestro Salvador?
Justo cuando empiezan la escuela y el trabajo después del ritmo más relajado de las vacaciones estivales, la celebración de un cumpleaños es exactamente lo que necesitamos para mantener un espíritu de alegría, mientras trabajamos con un vigor renovado. Elabora o compra una tarta de cumpleaños, coloca velas y, después de la cena, reúne a tu familia para cantar Feliz cumpleaños a María y después, quizás, una canción mariana como María Inmaculada o Ave Maris Stella. Los jóvenes y los jóvenes de espíritu nunca olvidarán esta maravillosa celebración que, rápidamente, se convertirá en una querida tradición en tu familia.
El 15 de septiembre, el día después de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) por la que la Iglesia señala el encuentro de la Vera Cruz y la consagración de iglesias en los lugares de la muerte y sepultura de Cristo, honramos con devoción la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores. Es un día para acompañar a María, que recorrió con tanto amor y dolor el Camino de la Cruz con su Hijo.
Recordar los siete dolores de María significa recordar con cuánta profundidad puede entendernos y ayudarnos Nuestra Santa Madre durante nuestras penas. También es un importante día para nosotros, que buscamos consolarla a ella. Una manera de hacerlo es rezar la devoción de los Siete Dolores.
¿Y qué mejor manera de mostrar nuestro amor por María y ayudarla en su pena que consagrarnos a los Corazones Sagrado e Inmaculado de Jesús y María? Una maravillosa manera de consolar los Dolores de María más profundamente es haciendo una Consagración al Sagrado Corazón de Jesús, en especial una que también fomente la devoción a María. Aquí hay una, disponible en Internet, que envía emails diarios gratuitos por cada día de la consagración –llenos de oraciones, reflexiones, bonitas obras de arte católicas, música e incluso un podcast diario– directamente a tu bandeja de entrada. Estas devociones diarias guiadas toman poco tiempo (de 10 a 15 minutos en total), pero será un tiempo bien invertido. Nos ayudarán e inspirarán a preparar mejor nuestros corazones para Jesús y honrar el Corazón Inmaculado de Su Madre. Septiembre es un momento perfecto para empezar.
Antes de que san Mateo fuera apóstol y autor de uno de los cuatro Evangelios, fue Leví, recaudador de impuestos y famoso pecador. Es recordado por levantarse de inmediato de la mesa donde cobraba los impuestos en cuanto Jesús le dijo que le siguiera. Leví lo dejó todo atrás para convertirse en Mateo.
Sin embargo, con demasiada frecuencia olvidamos la cosa tan adorable que hizo en cuanto decidió abandonar toda su riqueza y poder: ¡montó una fiesta a Jesús! “Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: ‘Sígueme’. El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa” (Lucas 5,27-29).
Esta historia es un buen recordatorio de cómo deberíamos festejar que hagamos sacrificios terrenales por Jesús y de que ser un seguidor de Jesús es digno de celebración. En pocas palabras: ¡La grandeza de Dios bien merece una fiesta! Marquemos en nuestros calendarios el 21 de septiembre para preparar una de las comidas favoritas de la familia y un postre especial; quizás también podríamos invitar a alguien que necesite un poco de ánimos. Por turnos, en la mesa, podemos decir por qué bendición de Dios estamos más agradecidos.
Como alusión a la antigua vida de san Mateo como recaudador de impuestos, una idea divertida sería que los niños hicieran una búsqueda del tesoro por la casa o el patio hasta encontrar unas monedas ocultas y, luego, cambiarlas por estampas, una medalla, un rosario, un libro, etc. Una manera práctica de enseñarles qué es sagrado y a Quién seguir.
Tras la llamada de Jesús, san Mateo decidió perseguir una riqueza mucho más valiosa y su ejemplo es una emocionante aventura que deberíamos imitar y celebrar.
El querido santo Padre Pío tiene un famoso consejo: “Reza, espera y no te preocupes”. Así que, este día, sigamos su consejo. Una manera de ver este asunto es: si rezas, tendrás esperanza. Y si tienes esperanza, soltarás la garra de las preocupaciones y las dejarás atrás. Así que, hoy, recemos de una forma especial. ¡Ve a misa, reza el rosario, ve a confesarte!
Padre Pío es famoso también por ser un gran confesor, así que, qué mejor manera de homenajearle que ir al Sacramento de la Reconciliación. Este Sacramento es una manera fantástica de deshacernos de la ansiedad, la depresión y la falta de esperanza que derivan del pecado. La confesión se lleva las preocupaciones porque nuestras almas se aligeran y se alegran. ¿Qué mejor manera de crecimiento personal hay? ¡Nosotros podemos!
El 29 de septiembre es la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
Ya que san Miguel es el arcángel de la protección, es una buena idea poner una estatuilla o icono de él para proteger el hogar. Si no lo haces ya, empieza a rezarle esta oración a diario.
Ya que san Gabriel es el arcángel mensajero, este es un día estupendo para enviar un mansaje de un anuncio alegre o proclamar buenas noticias en la vida de alguien que ames. Desde un mensaje de texto alentador y lleno de fe o una carta a alguien que necesite un empujoncito, hasta sostener la puerta a un desconocido y decirle “Dios te bendiga”… hay innumerables maneras de acercar buenas noticias a los demás, igual que el ángel Gabriel se la llevó a María.
Ya que san Rafael es el arcángel de la curación, es un día fantástico para rezar por los enfermos, enviar una tarjeta deseando una pronta mejoría u organizar que se diga una misa por alguien que esté enfermo. Plantéate adquirir aceite bendito de san Rafael para un allegado enfermo y haz una donación a este apostolado de caridad.
¡Que los santos de septiembre y Nuestra Señora de los Dolores os protejan y bendigan a ti y a tu familia!