En este proceso, el actual mandatario nicaragüense, el ex guerrillero Daniel Ortega, buscará su quinto mandato al frente del Gobierno, y su cuarto de forma consecutiva, lo cual lo convertiría en uno de los mandatarios más longevos en una región, Latinoamérica, cuajada de personajes antidemocráticos.
Ortega, quien está próximo a cumplir 76 años, retornó al poder en 2007 (antes había gobernado de 1985 a 1989) y desde entonces no lo ha soltado ni un minuto. Con la próxima elección, su mandato podría extenderse hasta 2025.
La diferencia es que desde el mes de junio de este año, Ortega, su esposa Rosario Murillo y los órganos de Justicia del país centroamericano han iniciado una cacería de posibles contendientes que los tiene en la cárcel, desaparecidos o en arraigo domiciliario.
La última de las acciones, para dar la puntilla a cualquier atisbo de oposición que pudiera empedrar el camino hacia su sexto mandato fue mandar a la policía a allanar el diario “La Prensa”, una vez que éste había dejado de circular por carecer de papel (que les fue retenido en la aduana).
Según informes de medios locales y de agencias internacionales, la policía leal a las órdenes de Ortega irrumpió en el mayor diario de oposición nicaragüense y cortó las fuentes de energía y de Internet dejando incomunicada a toda la redacción.
Como ha sucedido con los candidatos presidenciales detenidos, con los opositores y candidatos a la vicepresidencia así como con otros disidentes, a “La Prensa” se le acusa de lavar dinero y de defraudar a la nación por impagos aduaneros.
Según la ley de Nicaragua, comete defraudación aduanera “quien eluda total o parcialmente el pago de los derechos e impuestos en la importación o exportación de bienes y mercancías”.
Pero no solamente se le acusa de defraudación aduanera y de lavado de dinero; las autoridades nicaragüenses han emitido este sábado un comunicado en el que afirman que al diario más antiguo del país se le acusa de defraudación al país en bienes y activos.
El pasado jueves 12, el periódico salió con un titular alusivo a la retención del papel por parte del gobierno de Ortega: “La dictadura retiene nuestro papel, pero no puede ocultar la verdad”. Acto seguido, el viernes 13, la policía allanó el local donde se produce el diario.
El presidente Ortega dijo que se había procedido al cierre del periódico porque éste pretendía generar una nueva “oleada de terrorismo”. Lo cierto es que se trataba del único periódico de circulación nacional que quedaba en Nicaragua, pues el “Nuevo Diario” cerró en 2019, también estrangulado por Ortega.
“La Prensa” fue fundada en 1926 y ha estado ligada a la familia Chamorro. La cacería de posibles opositores a la quinta reelección de Ortega (y a la segunda del matrimonio Ortega-Murillo) comenzó el 2 de junio con la detención de Cristiana Chamorro Barrios, hija de la ex presidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro.
El hermano de Cristiana, Pedro Joaquín Chamorro Barrios fue detenido también por la policía orteguista el 25 de junio, acusado –como los demás opositores—de “realizar actos que menoscaban la soberanía de Nicaragua”.
La crisis que afecta a Nicaragua comenzó con las protestas en abril de 2018, cuando cientos de personas salieron a la calle para oponerse a medidas tomadas por el régimen sandinista en el sistema de pensiones.
Las protestas se multiplicaron por la represión violenta del Gobierno, provocando 326 personas fallecidas y el exilio por motivos tanto políticos como económicos de unos cien mil nicaragüenses, la mayor parte a la vecina nación de Costa Rica, aunque muchos están tratando de huir a Estados Unidos.
La hostilidad del régimen a la oposición, a la Iglesia católica, a los que protestan y a todo aquel que pueda pensar de manera diferente al pensamiento oficial, auguran un conflicto muy grave los próximos meses.
Por lo pronto la Iglesia católica lo ha dicho (en conjunto con miles de voces en Nicaragua y en el extranjero): no hay condiciones mínimamente democráticas para que el 7 de noviembre, lo que debería ser una fiesta no se convierta en un tristísimo funeral.