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Santuario Cristo del Consuelo, Guayaquil, Ecuador. Esta iglesia de Ecuador ha sufrido en los últimos tiempos la clonación de su página en redes a través de la creación de algunas nuevas y con el uso de las mismas fotos e imágenes de Cristo del Consuelo.
El encargado de confirmar esta situación en diálogo con Aleteia fue el propio párroco del santuario, el padre Luis Armando Gómez Montoya.
“Han creado tres cuentas en Facebook, borraban un, creaban otra. Mandaban invitaciones a amistades haciéndose pasar por la parroquia Cristo del Consuelo. Recibimos unas cuatro o cinco denuncias porque pedían dinero por medio del Facebook”, expresó Gómez Montoya.
Esta situación motivó al santuario la publicación de un comunicado para llamar la atención de los fieles:
“Hagan caso omiso a esas solicitudes de amistad y no presten ninguna atención a lo que ahí se diga o se informe, pues la única cuenta oficial es esta...Santuario Cristo del Consuelo”, decía parte del comunicado.
Debido a esto, el pedido de Gómez Montoya es que las personas involucradas actúen honestamente y dejen de clonar páginas.
“Realmente no sé con qué fines lo hacen, al parecer es económico o no sé si será con el fin de desprestigiar, de hablar mal de la Iglesia. Hay que ir por todos los medios difundir ese tipo de cosas para que la gente esté a la expectativa y tenga mucho cuidado”, finalizó Armando.
Lo sucedido en este santuario no es un hecho aislado. La propia Arquidiócesis de Guayaquil salió en las últimas horas a ofrecer un nuevo comunicado advirtiendo de casos de clonación de diversas parroquias de cuentas oficiales en redes sociales. También de la venta de productos bajo el supuesto aval de la Iglesia, aspectos que han derivado en casos de estafa a fieles.
La Arquidiócesis de Guayaquil hizo referencia a diversos ejemplos. Desde una persona que haciéndose pasar por el párroco de la Iglesia San Bartolomé pedía donaciones tanto en dinero como productos, hasta la estafa colectiva a fieles en la parroquia Nuestra Señora de Fuensanta con bingos, tickets, entre otros.
Efectivamente, según fuentes consultadas en Aleteia desde la Arquidiócesis de Guayaquil, desde hace varios meses algunas parroquias han sufrido de clonación de sus cuentas en redes sociales, principalmente Facebook. Lo hacen pidiendo dinero, haciendo rifas en nombre de la parroquia y estafando a los fieles.
Lo mismo pasa con cuentas personales que son clonadas. Quienes realizan estas prácticas toman fotos y piden dinero a familiares o conocidos de la persona.
“Para evitar ser víctimas de estafa; los eventos y actividades parroquiales son informados a través de los canales oficiales de las parroquias y de la Arquidiócesis de Guayaquil, mientras que las donaciones y trámites eclesiales solo se realizan en las oficinas de cada una de esas parroquias”, concluye la nota de la Arquidiócesis.
La situación de Guayaquil, con esto de la clonación de identidad, no ha sido la única que ha generado preocupación en los últimos tiempos en Ecuador.
Debido a la pandemia y la virtualidad se ha hecho más notoria la participación de falsos sacerdotes y ciertos grupos que quieren lucrar con sacramentos o celebraciones del rito católico.
Es por esto que hace algunas semanas surgió también un fuerte mensaje de la Iglesia “ante la presencia de grupos religiosos que han asumido el nombre de ‘católicos’”. En un comunicado de cuatro páginas la Iglesia fue contundente en el propósito de “informar sobre la identidad y el sentido de pertenencia a la Iglesia católica”.
“Por ello, ante la presencia de varios grupos religiosos autodenominados católicos, y que no forman parte de la Iglesia católica, y debido al uso y abuso de la palabra “católica” lo que ha creado una verdadera confusión ante nuestros fieles y toda la sociedad ecuatoriana, queremos clarificar algunas cosas en honor a la verdad y al respeto que la identidad religiosa católica de nuestro país se merece”.
De manera inmediata el comunicado (ver circular completa aquí) hacía referencia a algunos puntos como la libertad religiosa, la identidad católica y la validez de las celebraciones. Por último, ofrece una serie de conclusiones entre las que se destaca el siguiente punto:
“Exigimos a todos los grupos religiosos el respeto a nuestra identidad católica y, por lo tanto, les pedimos se abstengan del uso del nombre ‘católico’, así como también dejen de usar los signos, los ritos, las devociones, las advocaciones y las formas litúrgicas que pertenecen exclusivamente a la Iglesia católica en el mundo”.