El papa Francisco está cerca de todas las personas ancianas del mundo y concedió una indulgencia plenaria con motivo de la próxima Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores que se celebrará el próximo domingo, 25 de julio, y espera que ese día los abuelos reciban la visita de un 'ángel'.
Bajo el lema: “Yo estoy contigo todos los días”, el programa de la jornada prevé que el Pontífice, 84 años, operado al colon y dado de alta el 14 de julio pasado del hospital ‘Gemelli’, presida la Misa dominical en la Basílica Vaticana, hr. 10 a.m de Roma. El Vaticano no ha dado otras disposiciones hasta la fecha.
La indulgencia aprobada por el Papa beneficia a los ancianos y a todos los fieles en particular involucra a las personas que visiten a los abuelitos o personas frágiles y les demuestren especial afecto, atención y cuidado.
La Jornadatambién trae “dones espirituales” para todos los que participarán en la Misa, igualmente para quienes se confiesen, reciban la comunión y recen además por las intenciones del Papa.
Asimismo el Sucesor de Pedro aprobó un decreto de la Penitenciaría Apostólica, con el fin de conceder “la Indulgencia Plenaria”, en las condiciones antes señaladas (confesión, comunión y oración), también a los fieles que participen en los diversos actos que se realizarán en todo el mundo para la ocasión, que también podrán aplicarlo como sufragio por las almas del Purgatorio.
En el decreto se lee que este “Tribunal de la Misericordia concede también este mismo día la Indulgencia Plenaria a los fieles que dedicarán un tiempo adecuado a visitar real o virtualmente a sus hermanos mayores necesitados o en dificultad (como enfermos, abandonados, discapacitados y similares)”.
Asimismo, el Papa aprobó que la Indulgencia Plenaria pueda concederse también a los mayores enfermos y a todos aquellos que no pueden salir de casa por un motivo grave, siempre que se abstengan de todo pecado y tengan la intención de cumplir las tres condiciones habituales lo antes posible.
En el decreto - firmado por el cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor y monseñor Krzysztof Nykiel Regente - invita a los ancianos que quieran obtener la indulgencia a unirse “espiritualmente a los actos sagrados de la Jornada Mundial”.
Las personas mayores pueden ofrecer “al Dios Misericordioso sus oraciones, dolores o sufrimientos de su vida, sobre todo mientras las palabras del Sumo Pontífice y las celebraciones se transmiten por televisión y radio, pero también a través de los nuevos medios de comunicación social”.
Por ello, para que se facilite el acceso al perdón divino, la Penitenciaría rogó “encarecidamente a los sacerdotes, dotados de las facultades oportunas para oír la confesión, que se pongan a disposición, con espíritu dispuesto y generoso, para la celebración de la Penitencia”.
El decreto es válido para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, independientemente de cualquier disposición en contrario, así lo indica la nota del 13 de mayo de 2021.
Las indulgencias se suscriben en el contexto de la celebración en honor de los abuelos y abuelas instituida al inicio del año por el Papa (31.01.2021), a celebrarse el cuarto domingo de julio cada año, cerca de la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús.
En Roma, el 25 de julio a las 10:00 horas, se espera que el Papa pueda celebrar la misa con los abuelos y ancianos de su diócesis en la que participará un número limitado de personas, en cumplimiento de la normativa sanitaria que estará en vigor en ese momento.
La presencia del Papa en la misa no es un hecho obvio debido a que fue dado de alta del Hospital Policlínico Gemelli y regresó el 14 de julio a su residencia en la Casa Santa Marta del Vaticano para seguir su recuperación. Un signo esperanzador fue que el Papa Francisco con buen semblante hizo comparición ante los fieles congregados para el Ángelus del domingo 18 de julio en la Plaza de San Pedro.
Por otro lado, el Vaticano indica que cada diócesis y cada parroquia podría dedicar una de sus misas dominicales a la celebración de la Jornada. Y se espera que participe el mayor número posible de abuelos y mayores en persona, para que su presencia sea una señal manifiesta de la importancia que tienen en la comunidad.
Del mismo modo, en los días anteriores y posteriores al 25 de julio, la Iglesia invita a organizar misas u oraciones en hospitales o residencias de ancianos.
Este año 2021, el Papa ha querido expresar especial cercanía a los ancianos del mundo, considerando el peso de la soledad y de su fragilidad soportado durante la pandemia. Ya antes había manifestado: «¡Cuántas veces se descartan a los ancianos con actitudes de abandono que son una auténtica eutanasia a escondidas!» (28.09.2014).
El Vaticano a través de un documento de la Pontificia Academia de la Vida había denunciado en febrero pasado una verdadera «masacre de ancianos» durante la pandemia porque la mayoría murieron en hogares o asilos para la tercera edad. Además, indicaba que las personas mayores que estuvieron en su propia casa, estuvieron más protegidos.