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¿Deben los niños hacer deberes en el tiempo de vacaciones?

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Violeta Tejera - publicado el 08/07/21
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Los expertos coinciden en que es mucho mejor crear buenos hábitos que obligar

Los alumnos ya están en las vacaciones de verano tras un largo curso escolar. La pregunta es: ¿Deben los niños hacer deberes en vacaciones? ¿Cómo compaginar el descanso con el refuerzo de conocimientos o con la recuperación de una materia que haya quedado suspensa? Los expertos coinciden en que es mucho mejor crear buenos hábitos que obligar a los niños a hacer deberes durante su tiempo de descanso.

Llega el verano tras un curso complicado que ha exigido a los estudiantes más que ir a clase y estudiar. Han tenido que cumplir las medidas de seguridad, llevar mascarilla, usar gel hidroalcohólico, no juntarse con otros niños de otras clases para mantener los grupos burbuja o no poder practicar actividades extraescolares que les gustan y completan su desarrollo.

Aún así nos han dado un ejemplo de disciplina y versatilidad para ajustarse y superar las dificultades. Después de 10 meses de intenso trabajo, ¿debemos volver a los deberes en vacaciones?

Los alumnos tienen unos dos meses de descanso y en este tiempo necesitan relajarse y desconectar. Disfrutar del tiempo en familia y aprender muchas otras cosas que no están en los libros.

Los expertos recomiendan un tiempo de descanso al terminar el colegio. Emplear ese tiempo en aprender con los padres, hermanos y amigos a conocer y descubrir cosas que nos aportan los viajes o excursiones de verano sin necesidad de ponernos a estudiar.

Como explica Pilu Hernández Dopico, maestra y experta en Educación, ya han sido más que suficientes los 10 meses de curso con sus 7 u 8 horas de clase diaria. Ella pone un ejemplo: “¿Qué pasaría si una empresa pusiera deberes a sus trabajadores para sus vacaciones? . Abriría todos los informativos y nos llevaríamos las manos a la cabeza. ¿Por qué no vemos así los deberes para los niños si para ellos es un trabajo?”.

“Es mucho mejor inculcar hábitos” -dice Dopico-.  Cree que los niños deben leer por placer y entretenimiento sin olvidar todo lo que enseñan los libros. Recomienda también que ayuden en las tareas diarias de casa. ¿Cuánto se aprende en una cocina? o ¿cuánto compartimos con los que tenemos alrededor?.

Dibujar, escribir historias o recuerdos en un cuaderno de bitácora es más que recomendable. Pasar tiempo haciendo manualidades que les gustan y relajan también enseña. Actividades que Pilu Hernández Dopico recoge en su blog ‘El Pupitre de Pilu’.

Pasar tiempo con ellos, compartir música y escucharles, cosa que no hacemos con las prisas del día a día, enriquecen mucho. Sobre todo en un tiempo en que también debemos premiar su esfuerzo durante el año.

Pero ¿qué pasa si el estudio es necesario porque luego hay que hacer exámenes de recuperación? ¿Cuándo debemos empezar a estudiar?

Los educadores defienden también un tiempo de desconexión de descanso. Si las vacaciones son dos meses afirman que el primero es un buen momento para romper con la rutina y viajar y ya ponerse a estudiar el mes anterior a la vuelta a clase. Primero el descanso y después el estudio, justo antes de volver a realizar el examen, es lo recomendado por los expertos que tachan de poco útil estudiar al acabar el curso y después descansar. Dicen que esto no les hace mejorar pedagógicamente. Este segundo mes sería también el indicado para reforzar los conocimientos de aquellos alumnos que hayan ido un poco flojos en algunas materias, días antes de volver a un nuevo curso.

Con las vacaciones los niños  y adolescentes también cambian sus hábitos. Más horas de luz y disponibilidad de tiempo libre les cambian los horarios. Esto es algo natural y recomendable, que se disfrute en cada momento de lo que el tiempo y el día a día nos permite. Esto es positivo según los psicólogos. Sin embargo, un cambio brusco en los horarios de descanso y sueño, sobre todo de los más pequeños, puede convertirse en un problema.

Dentro de las nuevas reglas de las vacaciones y del tiempo destinado a pasarlo bien no debemos descuidar las horas de sueño. Mantener unos horarios más o menos fijos que garanticen el descanso de los más pequeños también en verano es vital y saludable. Los psicólogos recuerdan que la falta de sueño puede provocar la alteración de las capacidades físicas y psicológicas de los menores.

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