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El padre Astolfo y el recuerdo de una charla sobre Medjugorje que le cambió la vida

PADRE ASTOLFO MORENO
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Lucía Chamat - Aleteia Colombia - publicado el 24/06/21
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El ingeniero y sacerdote colombiano Astolfo Moreno, apreciado por miles de fieles, empezó su conversión durante una charla sobre la Reina de la Paz. Hoy es párroco, presidente de Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre y crea contenidos católicos para redes sociales, de gran utilidad.

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Hace 30 años, una charla con un judío convertido al catolicismo cambió la vida de la familia del sacerdote Astolfo Moreno Salamanca. El tema: las apariciones de la Virgen María en Medjugorje.

Por ese entonces, el sacerdote colombiano estudiaba primer semestre de Ingeniería Industrial, lo suyo eran los números, le apasionaban las matemáticas puras y era un católico “más bien cultural”, de poca práctica religiosa.

¿Cómo así que confesarse una vez al mes? ¿Qué la Virgen se seguía apareciendo? ¿Rezar el Rosario todos los días? ¿La Virgen nos pide que ayunemos?... esas fueron algunas de las inquietudes que quedaron sembradas en sus corazones. “Todo fue una novedad absoluta que nos planteaba un horizonte existencial distinto, entendimos que la fe no era una especie de tradición heredada sino una experiencia viva. ¡Dios seguía estando vivo!”, cuenta.

Se despertó la búsqueda de Dios a través de grupos marianos, de la Renovación Católica Carismática, de diferentes encuentros católicos. En ese caminar su vida empezó a reconstruirse. “La gracia fue inmensa, nos llegó en bloque a toda la familia”, asegura el padre Astolfo.

Él continuó sus estudios mientras iba dando pasos importantes en su camino espiritual y sentía que le faltaba algo, no se veía situado en la perspectiva laboral ni conformando una familia. Al final de sus estudios conoció un sacerdote que se convirtió en una referencia ante una posible vocación: era médico de profesión, de gran sabiduría, alegre, deportista, con un perfil humano y espiritual que llamó mucho su atención.

La dirección espiritual del padre Jorge Londoño, ya fallecido, le permitió tener el discernimiento necesario para ver con claridad que lo suyo era el sacerdocio.  Fue así como a los pocos meses de graduado empacó maletas para Pamplona (España), concretamente al seminario internacional Vida Soa. En esa ciudad se ordenó diácono y en Bogotá, su ciudad natal, hizo votos como sacerdote.

Una semilla muy fructífera había sembrado la Reina de la Paz en su corazón. Los testimonios de sus apariciones en Medjugorje habían logrado una nueva vocación sacerdotal, la de un joven ingeniero colombiano que no conocía ese lejano lugar y que dejó los números por el servicio total a los demás.

El padre Astolfo ha visitado cuatro veces el lugar de las apariciones. La primera fue con su hermano mayor. Sucedió al terminar sus estudios de Teología en Roma. Fueron a agradecer porque son “deudores de Medjugorje, como la fuente de toda nuestra experiencia y nuestro camino”.

Al preguntarle qué es lo que más le ha tocado el corazón durante los viajes que ha realizado, no duda en responder que las conversiones que se obran en las confesiones. “He estado horas enteras confesando allá y es bonito ver lo que experimentan tantas personas venidas de lugares tan diferentes”, agrega.

También le impresionó mucho la subida al Monte Krisevac, especialmente al saber que en la cima falleció repentinamente, al término de un viacrucis, un sacerdote que acompañaba a los videntes: "La imagen del sacerdote entregado a la Virgen, que murió en la tarea, anunciando el Evangelio, me ha llamado mucho la atención”.

Acorde con su temperamento, calmado y reflexivo, el padre Astolfo vive en profundidad la espiritualidad en Medjugorje. Cada viaje es una oportunidad para tener momentos de intimidad y conmoverse con cada testimonio sobre las bendiciones que Jesús derrama a través de su Madre.

Una vez ordenado, el padre Astolfo estuvo cuatro años como párroco en Ciudad Bolívar, una de las localidades más necesitadas de Bogotá. Luego fue párroco en la Catedral Primada por casi siete años. Trabajó en la Nunciatura Apostólica y actualmente es párroco de Jesucristo Redentor. Además de su labor pastoral en esa comunidad, preside en Colombia la Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre. Llegó hace algunos años al país y ha contribuido a crear conciencia al interior de la Iglesia católica, de que, aunque sea un país con pobreza, hay una inmensa riqueza y se pueden lograr grandes cosas si todos dan un poco de lo que tienen.

La pandemia representó para él una gran oportunidad. Le dejó tiempo para empezar a llevar el Evangelio a través de las redes sociales, primero de forma muy rudimentaria y ahora con un buen equipo que lo apoya.

Así recuerda sus inicios: “Yo tengo una abuela de 101 años y la mejor fan que se puede tener es la abuela, porque todo lo que uno dice le parece bonito. Ella me pedía mis homilías y empecé grabando con el celular, luego le dimos una tablet para descargarlas, después hice podcasts, hasta que llegué al video”.

Hoy tiene cuentas en redes sociales y a través de su canal de YouTube genera contenidos valiosos permanentemente. Por ejemplo, la serie de entrevistas “La Cuarentena, la iglesia te oxigena” y un recorrido, hace un año, por la historia, el mensaje, el contexto y los protagonistas de las apariciones de la Santísima Virgen María en Medjugorje, tan impresionante para nuestro tiempo y para nuestra conversión.

Son muchas y muy valiosas las publicaciones de este sacerdote en redes sociales. Le han valido más fieles que lo siguen, admirados por sus prédicas, su ejemplo, su serenidad y conocimientos. Una vida dedicada a Dios y protegida por la Reina de la Paz, de cuyas apariciones estamos celebrando los cuarenta años.

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