Se puso en marcha un proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y motorizado mediante el Ministerio de Medio Ambiente para convertir en Centro Ambiental el basural municipal de Luján, un predio de 12 hectáreas en las que pueden encontrarse residuos acumulados con 25 o 30 metros de profundidad, debido a las más de 100 toneladas que ingresan a diario.
La Quema, conocido así por el uso frecuente de esta técnica para la reducción de residuos, presenta un dramático contraste visual: el colchón de residuos sobre el que caminan a diario familias para encontrar su sustento contrasta con las torres de la Basílica de Luján, patrona argentina visitada por cientos de miles de peregrinos al año, que muy probablemente ignoran el terrible drama socio-ambiental que ocurre a escasos kilómetros de allí.
Se trata de un espacio que, paradójicamente, atrae históricamente a familias que a diario buscan en los descartes alimento y sustento, recolectores en ocasiones explotados laboralmente para ahondar en las miserias. Se estima que más de 150 personas trabajan en un basural que pone en riesgo no sólo su propia salud, sino también la de los habitantes de los barrios vecinos, expuestos a intoxicaciones e incluso a adquirir enfermedades crónicas.
El proyecto supone la construcción de un nuevo espacio para los nuevos desechos, con la tecnología apropiada para limitar los niveles de toxicidad y facilitar el trabajo de quienes en él se desempeñen. El predio tendría sectores de tratamiento, separación y disposición final de residuos, zonas de tratamiento diferenciado de áridos, vidrios y neumáticos, zona de acopio de poda, además de áreas de control y balanza, administración, vestuarios y guardería. Sobre esta instancia ya subsisten polémicas, por los temores y dudas en torno a una nueva instalación que, si no se hace con los debidos recaudos y se concreta con independencia de los anuncios, más allá del homenaje con el nombre a la encíclica papal, puede convertirse en un nuevo basural.
En el vigente espacio se trabajaría con obras de saneamiento y remediación ambiental para convertirlo, en el mediano plazo, en un ecoparque.
Desde Cáritas y Pastoral Social de la arquidiócesis de Mercedes Luján expresaron que celebran “con profunda esperanza” y acompañan el proyecto. “También nos alegra que lleve como nombre ‘Laudato Sí’, porque todo lo que dignifique la vida del hombre es un homenaje al Creador y porque es una respuesta clara y justa a la invitación que desde su carta nos hace el papa Francisco a cuidar nuestra casa común, con un compromiso que desafía a los espacios de poder político y económico, pero también nos llama a todos a participar con una esperanza creativa, protagonistas de nuestro futuro”, completaron.
El proyecto ya fue anunciado por autoridades nacionales y municipales. Éstas últimas convocaron a un proceso de participación ciudadana para que la población “se informe, indague y proponga ideas e inquietudes inherentes a una iniciativa histórica en nuestra ciudad”. “El saneamiento del Basural a Cielo Abierto es posible y está más cerca que nunca”, proponen.
Rumbo al 400 aniversario del milagro de la Virgen, que se celebrará en 2030, sanear la ciudad de la patrona argentina y mejorar la calidad de vida de sus vecinos asoma como un proyecto urgente pero también posible.