Nadie nace por azar. Somos importantes, amados desde nuestra creación. Todos tenemos un propósito en esta vida, un motivo, que podríamos encontrar en el amor de Dios por la humanidad.
Eso lo sé bien. Lo he visto infinidad de veces en personas que andan perdidas por la vida y de pronto descubren el amor insondable de Dios. Y todo cambia para ellos.
Dios es un padre amoroso y nos busca ilusionado, como el padre al Hijo pródigo.
Este encuentro sobrenatural les ha ocurrido a muchos, entre ellos al hijo del primer Secretario del Partido Comunista de Francia, una familia enemiga de la Iglesia. Él mismo lo cuenta:
Entra en una capilla en busca de un amigo. Y súbitamente queda tocado por la gracia. Algo que no esperaba y no supo cómo reaccionar.
Ateo a más no poder, de pronto es creyente. Era algo insólito que le traería muchos problemas en la vida.
Profundamente impactado dejó estas palabras cargadas de sorpresa:
No es el primero ni será el último. Dios tiene sus motivos. De golpe, sin proponérselo, sin buscarlo y sin comprender lo que estaba pasando, recibe una iluminación interior. Ahora tiene la certeza:
He conocido a varios que han tenido esta experiencia. Te hablaré de ellos en otros escritos. Son experiencias extraordinarias.
Imagina el momento que vive André Frossard. Sus amigos son ateos, igual su familia y todas las personas cercanas a él. Tan ateos que ni siquiera cuestionan la existencia de Dios. Ateos y enemigos de la Iglesia católica. Y de pronto llega André a su casa hablando de un Dios que acaba de descubrir hace pocos minutos.
Fue tan impactante este cambio en su lenguaje y su manera de comportarse y actuar que sus padres lo llevaron al médico pensando que estaba enfermo.
Al tiempo Frossard escribió un libro testimonial relatando su vida y su extraordinaria conversión, lo tituló: Dios existe, Yo me lo encontré.
Dios existe, yo me lo encontré, de André Frossard, es un libro que debes leer alguna vez en tu vida. Lo encuentras en cualquier librería católica.
He grabado este escrito en caso que tengas dificultades para leer o quieras escucharlo en tu auto o la comodidad de tu hogar. Compártelo.
¡Dios te bendiga!