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Pam y Gary Willis estaban a punto de iniciar una nueva vida, ya que el más joven de sus cinco hijos estaba a punto de abandonar el nido. Sin embargo, sus planes se desviaron de su curso cuando Pam conoció la desgarradora historia de un grupo de siete hermanos que necesitaban una madre y un padre nuevos después de pasar un año en un centro de acogida.
“No puedo explicarlo… Simplemente supe que yo debía ser su madre”, declaró Pam en Today Parents.
Tras leer sobre el apuro de los niños, Pam envió la historia a su marido Gary. Más tarde, esa misma noche, le preguntó a Gary, exmilitar de la marina estadounidense, si había leído la historia. Su marido respondió directamente: “Deberíamos adoptarlos”.
Sí. A siete niños a la vez con edades entre 1 y 12 años. Pam explicó en una publicación de Instagram que la decisión se produjo de manera natural, ya que su hogar estaba a punto de quedarse sin niños y todos esos dormitorios quedarían desperdiciados.
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La pareja contactó con los servicios sociales y pusieron su hogar y su amor a disposición de los jóvenes huérfanos, que habían tenido una infancia dura con unos padres con problemas de adicción. “Era lo que Dios quería que hiciéramos”, compartió Pam.
Así que la pareja amplió su familia para incluir a Adelino (de 15 años), Ruby (13), Aleecia (9), Anthony (8), Aubriella (7), Leo (5) y Xander (4). A los niños les costó creer, en especial durante los primeros seis meses, que este sería su hogar para siempre y que Pam y Gary no pensaban abandonarles.
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Durante el caos de la pandemia, los Willis querían que todos sus 12 hijos estuvieran presentes cuando la nueva familia se convirtiera en algo oficial. Por ello, el proceso de adopción debía completarse antes de que el más joven de los “hijos biológicos” partiera en una labor de misionero, el 11 de agosto del año pasado.
Por fortuna, todos los hermanos mayores, Matthew (de 32 años), Andrew (30), Alexa (27), Sophia (23) y Sam (20), estuvieron presentes cuando los siete hermanos menores fueron adoptados, así que la familia pudo tener una bonita celebración libre de COVID-19.
La familia crece unida en amor al mismo tiempo que crece en fe. Durante la pandemia, han estado asistiendo a misa a través de Zoom y de servicios organizados en aparcamientos de coches. Finalmente, en el noveno cumpleaños de Aleecia este año, la familia pudo ir a la iglesia en persona, la primera vez en más de un año, ¡para gran alegría de la cumpleañera!
La pareja de padres, que se conoció en la adolescencia, ha visto cómo su vida daba un giro inesperado pero feliz. Los niños “nos han dado una segunda oportunidad de paternidad; nosotros les hemos dado unos segundos Mamá y Papá”, expresó Pam en su publicación de Instagram.