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A las 18 horas de esta tarde, Viernes Santo, 02 de abril, el papa Francisco presidió la celebración de la Pasión del Señor en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana.
Las imágenes de la Basílica casi vacía, con pocos fieles y apenas los celebrantes presentes. El predicador de la Casa Pontificia clamó contra la división política entre los católicos: Los laicos tienen la tarea de poner en práctica las enseñanzas sociales, económicas y políticas del Evangelio. Pero, respetuosamente.
El relato de la Pasión de Cristo en medio del segundo año de la pandemia a causa del covid-19 y la pregunta abierta sobre la fraternidad, inaugurada en la Cruz: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? [...] Quien hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, es para mí hermano, hermana y madre» (Mt 12,48-50).
Postrado en signo de humildad, con todo el cuerpo en el suelo y las manos guardando el rostro apoyado en un cojín rojo para orar, el papa Francisco inició la ceremonia de la Pasión de Cristo del Viernes Santo, 02 de abril de 2021, al interno de la basílica de San Pedro, semi desierta y con algunos cardenales.
Después de la procesión inicial, el Papa se postró bajo la escalinata del presbiterio. La triple develación de la Cruz precedió al acto de adoración.
En un silencio ensordecedor, el Obispo de Roma presidió el rito rezando, ataviado con paramentos rojos, en recuerdo de la Pasión, así permaneció dos minutos tumbado sobre una alfombra.
Después de adorar la Cruz, el Papa la presentó a la adoración silenciosa de la asamblea.
En vivo, las imágenes del Papa que se levantó del suelo con dificultad, como sí llevará encima el peso de la Iglesia Católica, y parecía que sus zapatos ortopédicos pesaran más de lo normal.
Durante la Liturgia de la Palabra, se leyó el relato de la Pasión según San Juan.
Sucesivamente, el predicador de la Casa Pontificia, el franciscano capuchino, el cardenal Raniero Cantalamessa, pronunció la homilía: "¡La fraternidad católica está herida! La túnica de Cristo ha sido desgarrada por las divisiones entre las Iglesias; pero —lo que es peor— cada trozo de la túnica está dividido a menudo, a su vez, en otros trozos".
"A los ojos de Dios, la Iglesia es «una, santa, católica y apostólica», y permanecerá como tal hasta el fin del mundo. Esto, sin embargo, no excusa nuestras divisiones, sino que las hace más culpables y debe impulsarnos con más fuerza para que las sanemos.", comentó el cardenal.
"No es el dogma, no son los sacramentos y los ministerios: todas las cosas que por singular gracia de Dios guardamos íntegras y unánimes. Es la opción política, cuando toma ventaja sobre la religiosa y eclesial y defiende una ideología, olvidando del todo el sentido y el deber de la obediencia en la Iglesia", denunció Cantalamessa.
El predicador destacó que la división, "es un pecado, en el sentido más estricto del término". "Creo que todos estamos llamados a hacer un examen serio de nuestras conciencias sobre este asunto y a convertirnos", afirmó.
Y luego, sostuvo, que la división es "obra de aquel cuyo nombre es «diábolos», es decir, el divisor, el enemigo que siembra cizaña, como Jesús lo define en su parábola (Cf. Mt 13,25)".
"Había una fuerte polarización política" alrededor de Jesús, anotó. "Había cuatro partidos: los fariseos, los saduceos, los herodianos y los zelotas".
Sin embargo, "Jesús no se alineó con ninguno de ellos y se resistió enérgicamente al intento de arrastrarlo a un lado o al otro".
"La primitiva comunidad cristiana lo siguió fielmente en esta elección. Este es un ejemplo especialmente para los pastores que deben ser pastores de todo el rebaño, no de una sola parte de él. Por eso, son los primeros en tener que hacer un examen serio de conciencia y preguntarse a dónde están llevando a su rebaño: si a su lado, o al lado de Jesús".
"El Concilio Vaticano II confía en particular a los laicos la tarea de poner en práctica, en las diversas situaciones históricas, las enseñanzas sociales, económicas y políticas del Evangelio. Estas pueden traducirse en opciones incluso diferentes, cuando sean respetuosas con los demás y pacíficas", añadió.
Por segunda vez desde 1964, el Vía Crucis de hoy no se realizará en el Coliseo de Roma, más tarde el Papa presidirá este rito en el Sagrado de la vacía Basílica de San Pedro. El acto comenzará a las 21.00 locales. El Obispo de Roma estará acompañado por un grupo de niños y jóvenes que escribieron los textos.