Día Mundial del Agua. El papa Francisco contra especuladores del agua; vital para prevenir el coronavirus: Es “una fuente de vida y salud”. El papa Francisco pidió reflexionar sobre “el valor” del agua; don “maravilloso e insustituible” de Dios. El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo. El Pontífice recordó la relevancia de este líquido esencial durante la alocución del Ángelus de este domingo.
“Para nosotros los creyentes, “hermana agua” no es una mercancía: es un símbolo universal y una fuente de vida y salud. ¡Demasiados hermanos, muchos, muchos hermanos y hermanas tienen acceso a poca agua y quizás contaminada!”. En efecto, 2 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable, según datos de Naciones Unidas.
“Es necesario garantizar el agua potable y el saneamiento para todos. Agradezco y animo a quienes, con diferentes competencias y responsabilidades profesionales, trabajan por este objetivo tan importante”. El Pontífice apoyó las iniciativas educativas y sociales que difunden “la importancia del agua”.
La Santa Sede asegura que en la batalla contra el COVID-19, el saneamiento del agua es esencial. Algo evidente “ya que sin la higiene adecuada, la vida de miles de millones de personas corre peligro”. Así lo advirtió el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (SDHI).
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El Dicasterio impulsó desde 2020, el”Proyecto WASH” (acceso al agua potable, al saneamiento y a la higiene) en centros sanitarios de la Iglesia. En esta iniciativa participan también numerosas congregaciones, obispos, Caritas Internationalis y Global Water 2020.
En agosto de 2020, el Dicasterio envió una carta a todos los obispos del mundo instándoles a ayudar a garantizar las condiciones adecuadas de agua. De esta manera, se subrayaba la importancia del saneamiento e higiene “en todos los centros de salud de la Iglesia católica”. El objetivo: valorar el agua en el tratamiento de los pacientes de forma segura, “prevenir la transmisión de la COVID-19″ y de otras enfermedades.
La carta recordaba cómo la Iglesia ha sido pionera en la atención sanitaria en todo el mundo, sin distinción de ningún tipo.
No tiene precio
La Santa Sede ha destacado la obra de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios (Fatebenefratelli). Un servicio vinculado con el saneamiento del agua y la salud pública; con 400 centros sociales y sanitarios en 52 países.
“El agua, además de ser un recurso insustituible de primera necesidad, es para nosotros uno de los medios más importantes y económicos para prevenir y mejorar la salud de las personas de todas las edades”, indicó el hermano Ángel López, director de la Oficina de Misiones y Cooperación Internacional de la Curia General.
Conferencias Episcopales, diócesis, congregaciones y diversas organizaciones de Cáritas están llevando a cabo una evaluación detallada en unas 150 instalaciones sanitarias en 22 países (desde pequeños dispensarios hasta hospitales).
También se están evaluando los recursos económicos y humanos que son necesarios para mejorar de forma sostenible las condiciones de agua, saneamiento e higiene y cumplir con las normas adecuadas en materia de infraestructura, equipamiento, mantenimiento y formación.
Mujeres católicas contra desperdicio de agua
La presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), María Lía Zervino, afirma: “El llamamiento del Dicasterio es fundamental para las mujeres de la UMOFC, ya que muchas trabajan en todos los continentes atendiendo a familias desfavorecidas, a personas sin hogar y ancianos, colectivos más vulnerables al virus del COVID-19.
Ellas son testigos de la falta de agua potable que ya existía antes de la pandemia en las zonas de alto riesgo social. Si no se invierte para garantizar que el derecho humano al agua potable esté también al alcance de los más necesitados, todos los esfuerzos para educar en materia de salud serán en vano”.
El Dicasterio hace un llamamiento a las organizaciones interesadas a ponerse en contacto y sumarse a esta iniciativa. El proyecto está vinculado a otras iniciativas en curso del Dicasterio en relación con el cuidado de las personas y del planeta, especialmente para una recuperación post- COVID a la luz de la responsabilidad y la solidaridad con los más vulnerables”.