La actriz española recogió el Goya de Honor y ofreció un discurso lleno de agradecimiento y humanidad“Quiero dar las gracias a Dios…por todo. Gracias por el amor… Un amor que no distingue lo sagrado de lo vivo”, comenzaba su discurso Ángela Molina, al recoger el Goya de Honor que la Academia de Cine español le ha otorgado este año.
Ángela Molina es una conocidísima actriz que pertenece a una gran dinastía de artistas. A su padre, el conocidísimo cantante Antonio Molina y a su madre Ángela Tejedor fue su segundo agradecimiento: Cuando os hablo de mis padres, me invade una ola de amor que me late el corazón y me devuelve la vida. Este Goya es vuestro, con todo mi amor, gracias”.
También quiso agradecer a sus compañeros de profesión, con los que tanto ha trabajado. En grandes películas clásicas de Luis Buñuel y Manuel Gutiérrez Aragón o en supreproducciones como “1492: La conquista del paraíso de Ridley Scott: “Recibo el premio con alegría porque sois vosotros, mis compañeros de profesión, los que os habéis acordado de mí. Tenemos que improvisar puentes que ninguna pandemia pueda arrebatarnos”.
Angela Molina, que ya había recibido grandes premios como la Concha de Plata o el Gran Premio de la Crítica de Nueva York recibe así un premio a toda su carrera.
Nada sería todo eso sin poder compartirlo, explicó en su discurso: “Necesitamos compartir nuestro entusiasmo para saber que es verdadero. Necesitamos sentir que nos necesitamos”. Y una analogía que nos sirve para estos momentos de Covid-19 que estamos viviendo: Necesitamos compartir nuestro entusiasmo para saber que es verdadero. Necesitamos sentir que nos necesitamos”. “Tal vez la vida se parezca al cine, no se disfruta sin los demás”.