Una propuesta musical que habla de solidaridad, cercanía y servicio a los más pobres en medio de la pandemia del coronavirus Las voces de más de 50 jóvenes de Lima, Perú, han generado un ruido un tanto especial. Y lo que han hecho hoy también resuena en América Latina, pues se trata de un llamado que rompe fronteras y ejemplo a seguir.
“No tenemos miedo”, es el nombre del himno que fue presentado recientemente a través del Arzobispado de Lima. Una propuesta musical producto del trabajo conjunto entre el Seminario Santo Toribio de Mogravejo, coros parroquiales y hasta personas vinculadas a la oficina de prensa del Arzobispado.
Según se explica, el tema atribuido al grupo argentino Focalia, hace las veces de tributo “a todas las personas, creyentes y no creyentes, que en este tiempo de Pandemia entregan su vida al servicio de los que más sufren”.
“No pierdan la esperanza”
Al mismo tiempo, se indica que de alguna manera también responde al llamado que el papa Francisco hizo cuando visitó Perú en 2018.
“En esos momentos donde parece que se apaga la fe, no se olviden que Jesús está a su lado. No se den por vencidos, no pierdan la esperanza”, había dicho en ese momento.
De esta manera los jóvenes han transformado una canción conocida de un grupo argentino en un nuevo himno en tiempos de pandemia. En el momento donde “no tener miedo” para estos jóvenes es sinónimo de cercanía, solidaridad y espíritu misionero. Otra bocanada de oxígeno desde Perú para toda América Latina.
No Tenemos Miedo (Letra)
Cae la tarde, pierde el día su fulgor
y el miedo crece entre las sombras,
pero en la noche el creyente corazón
espera el brillo de la aurora.
Así despierto nuestro amor
espera el mensajero albor
del día que ya está llegando.
Sus centinelas somos hoy,
testigos de ese nuevo sol,
que es Jesús Resucitado.
Y así en Cristo alimentamos la esperanza
de construir la civilización del amor,
el amor de Dios inclina la balanza,
si a nuestro lado está
¿Quién nos podrá enfrentar?
No tenemos miedo, no.
No tenemos miedo, no.
Ya no podemos por la Gracia del Señor
permanecer indiferentes,
ya no podemos resignarnos al dolor,
a la miseria, a la muerte.
Dios nos invita a iluminar
con nuestra vida pastoral
las realidades en penumbras.
Y es nuestra apuesta, nuestro plan,
transformar la realidad
con su presencia y con tu ayuda
No tenemos miedo, no.
No tenemos miedo, no.
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