Una madre colgó la foto de los dibujos que hicieron los pequeños en Twitter y escribió: “Ponía amor en cada pequeño gran trabajo que hacía”“Pon amor donde no hay amor, y sacarás amor”, dejó escrito san Juan de la Cruz. En un trabajo aparentemente sin brillo, el de alguien que ve entrar y salir a educadores, papás, mamás y niños, muchos niños… aquel señor se hizo querer.
Carlos era el conserje de una escuela infantil en España. Tenía 59 años. Y nada hacía sospechar que de la noche a la mañana pudiera faltar, pero así fue: cuenta Mar Velasco, madre de familia e influencer sobre temas relacionados con la mujer y la maternidad (es madre de un niño con síndrome de Down), que Carlos falleció el pasado viernes 12 de febrero “de un cáncer fulminante”.
Amigo de los niños
Pero es que Carlos, el conserje, no era “uno más” y esta madre ha querido dejar constancia de lo que puede hacer una persona buena en su entorno: de él dice que tenía “un corazón que no le cabía en el pecho”.
“Carlos acogía, recogía, llamaba, charlaba, entretenía, apacentaba fierecillas, dibujaba con ellos, jugaba con ellos, y ellos reconocían en cada gesto a un amigo. Algunos fines de semana, además, trabajaba como voluntario en un centro para discapacitados.”
“No tenía hijos -sigue Mar- pero a cada uno de los niños de la Escuela Infantil en la que trabajaba los llamaba por su nombre.”
Carlos tenía 59 años y un corazón que no le cabía en el pecho. No tenía hijos, pero a cada uno de los niños de la Escuela Infantil en la que trabajaba los llamaba por su nombre.
— Mar Velasco (@maremaris73) February 15, 2021
“Sonreía con los ojos del corazón”
Al saber que había fallecido, los niños de la escuela recordaron al conserje como mejor sabían hacer: con sus dibujos. Unos dibujos que el lunes inundaron las vallas del centro escolar.
El homenaje de los niños
Sobran las palabras para hablar del amor de estos pequeños y sus familias al conserje, pero Mar quiso explicar algo más acerca de él en Twitter: “Carlos sonreía con los ojos del corazón, cada mañana, a padres y alumnos, ponía amor en cada pequeño gran trabajo que hacía y pocas, muy pocas veces desaparecía la sonrisa de su rostro”.
“El currículum más necesario” en la vida
Con ese espíritu de servicio del conserje, esta madre -que es profesora universitaria- resumía que para ella Carlos era “la demostración viva de que el currículum más necesario, el único verdaderamente importante es el que recoge nuestra calidad humana. Y en eso Carlos tenía un Máster y varios Doctorados.”
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