La Iglesia exhorta a la población a “no bajar la guardia” durante una misa por los enfermos de coronavirus El pasado 28 de enero se llevó a cabo en Bolivia una misa por los enfermos de coronavirus. Si bien ya pasó una semana de aquella celebración, los ecos perduran hasta el día de hoy. Pues en esa ocasión el propio administrador apostólico de El Alto, monseñor Giovani Arana, pidió a la población “no bajar la guardia”.
Sin embargo, el pedido fue más allá y dirigió un mensaje claro a las autoridades. “Adopten las medidas más acertadas y convenientes en favor de la población, no olviden que han sido elegidos para gobernar buscando siempre el bien de todos y en este momento están llamados a la defensa y el cuidado de la vida y la vida de todos”, expresó.
Estas palabras, reproducidas por Iglesia Viva, dejan de manifiesto lo delicado de la situación tanto en Bolivia como en el resto de América Latina debido a la crisis del coronavirus. En un contexto, con las vacunas que empezaron a ser aplicadas en algunos sitios, donde aún persisten restricciones y otros efectos de un virus que también pretende cobrar protagonismo en 2021.
“No subestimemos al virus porque sabemos que puede llegar a matar a personas queridas y cercanas, mantengamos la disciplina, cuidémonos y así cuidaremos a los demás”, agregó Arana.
Fortaleza para los enfermos
“Nuestros hermanos, no son solamente números que van siendo registrados en cuadros estadísticos, son personas con rostros propios, rostros que necesitan ser mirados”, indicó también el obispo de El Alto, quien pidió a Dios que fortalezca a quienes están enfermos y sufren a causa de coronavirus.
Video subido por Iglesia Viva:
Coronavirus en Bolivia
Mientras el proceso de vacunación viene lento (llegaron 20.000 dosis de Sputnik V el propio 28 de enero a La Paz) y el comienzo del año lectivo 2021 se hizo efectivo recientemente bajo la modalidad a distancia, Bolivia sigue padeciendo la pandemia de manera dura. Los datos oficiales dan cuenta de un país que ha registrado hasta ahora más de 200.000 casos y un número de fallecidos superior a 10.000.
En medio de todo esto, un pedido claro y directo de la Iglesia, además del abrazo a los enfermos y los que sufren.
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