La Iglesia recuerda el quinto aniversario de la muerte del primer cardenal boliviano, un hombre que es calificado como “Servidor de Todos”Fue el primer cardenal que tuvo Bolivia y la huella de su misión aún es indeleble. Es que Julio Terrazas Sandóval fue un verdadero pastor y guía. No en vano se lo recuerda con el apodo de “Servidor de Todos”.
Nacido el 7 de marzo de 1936 en Vallegrande (Santa Cruz, Bolivia), Terrazas fue ordenado sacerdote el 29 de julio de 1962. Luego, en 1978, lo nombraron obispo auxiliar de La Paz.
En 1982 lo designaron obispo de Oruro. Posteriormente, ya en 1991, fue nombrado arzobispo de Santa Cruz. Finalmente, en febrero de 2001, fue creador cardenal también por el papa Juan Pablo II.
Hasta aquí “pinceladas” biográficas de Terrazas, quien falleciera el 9 de diciembre de 2015 a la edad de 79 años. Pero más allá de esto aparece lo que ha dejado en el corazón de la gente.
Voz, claridad, firmeza
En ese sentido, un reciente perfil publicado por Iglesia Viva hace énfasis en su entrega por los más pobres y desposeídos. Se mencionan tres aspectos: “La voz contestataria de un fiel testigo del Señor”. También que “siempre habló claro”. Por último, “firmeza en sus palabras”.
“Su partida dejó un vacío profundo en todos nosotros, pero damos gracias y alabamos a Dios porque, como servidor de todos, nos guio en nuestra vida de Fe y gastó su vida entregándola al servicio de todos especialmente de los pobres”, se destaca.
Pasión y valentía
Este 9 de diciembre se conmemoraron cinco años del fallecimiento de Terrazas. Por ejemplo, a través de una eucaristía en la Basílica Menor San Lorenzo (Santa Cruz).
El encargado de recordar su trayectoria fue el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti.
“Desde su juventud hasta su muerte ha sido un verdadero misionero de Cristo Redentor, el mensajero del Dios de la vida, que anunciaba el Evangelio con mucha pasión y valentía”, expresó Gualberti durante su homilía (reproducida en la web de la arquidiócesis).
“Su recuerdo y, sobre todo, su testimonio iluminan la dura situación que estamos viviendo, nos abre a la esperanza y nos anima seguir su ejemplo, a ser personas de fe que creen en el Dios de la vida, el que tiene la última palabra sobre la muerte y el mal”, concluyó.
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