Una restauración de la imagen de la Virgen en Chile que también representa la reparación del alma del país“Coronar a la Virgen ha sido una experiencia inolvidable. Ese lunes vivimos, todos los que estábamos ahí entre los andamios, algo increíble. Imagínate que no todos eran católicos, pero lo que sentimos todos ahí, fue algo muy potente”.
De esta manera describe el momento Cristián Sáez, arquitecto de Sáez-Joannon Arquitectos. Este hombre es el que estuvo a cargo de la restauración de la imagen de 14 metros de alto -más la base que le suma otros ocho- y que data de 1908. La Inmaculada domina la ciudad de Santiago desde la cumbre del Cerro San Cristóbal.
Evaluación de daños
El arquitecto y el padre Carlos Godoy, rector del Santuario de la Inmaculada Concepción, se reunieron en enero para evaluar el daño que se encontraba en la cornisa de la base de la imagen, donde se habían desprendido algunos pedazos. No obstante, la inspección determinó que no se trataba de un daño estructural. Se podía reparar y pintar la imagen completa.
El Santuario de la Inmaculada Concepción nace el 8 de diciembre de 1904, cuando se bendice la primera piedra y se lleva hasta la cumbre del cerro. También se recuerda que la imagen, que mide 14 metros de alto más la base que le agrega ocho metros más, fue bendecida finalmente en 1908.
La coronación de la Inmaculada
“En esa visita el padre Carlos me contó la historia y mostró fotos de la imagen de la Virgen la cual tenía una corona de 12 estrellas en 1919, ésta se cayó y en 1950 se le puso otra, que también se desprendió. Recorriendo el santuario el padre Carlos me muestra donde estaba guardada la corona original, la cual ya tiene un valor patrimonial por tener 100 años, y le faltaba una estrella. Al tenerlas en mis manos, me dije que había que coronar a la Madre y Reina del Cielo”, relata emocionado a Aleteia Cristián Sáez. Sin embargo, la restauración de la corona no estaba considerada en los costos de la reparación.
En el grupo de WhatsApp de excompañeros de colegio, Cristián les contó del trabajo que estaba realizando en la Inmaculada del Cerro San Cristóbal y que se había encontrado con la corona original. Para eso necesitaba apoyo para levantar los fondos para restaurarla. “Cuando leí el mensaje, inmediatamente quise participar”, cuenta de forma entusiasta Andrés Donoso, uno de los excompañeros de colegio de Sáez
La estrella 12
Cristián dibujó en muy poco tiempo la corona y los planos; esto se lo llevó a un maestro artístico, especialista en fierro, y en tres días reparó y fabricó la estrella número 12. De esa manera ya estaba completa.
“El desafío era poner la corona sin tocar la cabeza de la imagen, con cuerdas levantamos la estructura y la soldamos a la fijación metálica que ya se encontraba en la cabeza de la Virgen”, cuenta el arquitecto.
Un regalo de la Virgen
Andrés relata a Aleteia lo que fue para él colaborar en la coronación:
“Llegamos a las cuatro de la tarde y comenzamos a subir por los pies de la Virgen, vas girando y te encuentras con la cabeza de la serpiente, pero ves su cuerpo aplastado por el pie de nuestra Madre; continuamos ascendiendo y pasas por el cuerpo de la Virgen que se encuentra en cinta; y después pasas por la mano que se encuentra levantada hacia el cielo, y sientes que ella nos lleva hacia el cielo. Finalmente llegamos a la cabeza donde yo trabajé como uno más en la coronación. En ese momento los que estábamos ahí y éramos católicos rezamos. Se sintió algo impresionante entre todos, una cierta mística te diría. Todo esto es un inmenso regalo de la Virgen”.
¿Qué representa esta restauración?
“Este proyecto tiene tiene una connotación espiritual bien importante. Estamos preparando el próximo 8 de diciembre, y la restauración de la Virgen representa también una restauración del alma de Chile, a las confianzas, una restauración al diálogo y sin duda la restauración personal, humana y comunitaria”, expresó el padre Carlos Godoy, rector del Santuario al sitio web de la Iglesia de Chile.
Ver video Anhelo de cielo (padre Carlos Cox)
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