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Los pobres nos facilitan el acceso al cielo

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 13/11/20
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El Vaticano publica un Subsidio Pastoral para el Día Mundial de los Pobres El Vaticano ha preparado un Subsidio Pastoral para ayudar a las Parroquias y a las diferentes realidades eclesiales a preparar la Jornada Mundial de los Pobres 2020. 

“Tiende tu mano al pobre”, es el lema para esta IV Jornada Mundial de los Pobres, con las palabras del Eclesiástico. Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización presentó este instrumento pastoral en la Oficina de Prensa de la Santa Sede este 12 de noviembre de 2020.

El objetivo es que esta Jornada no se limite sólo a las iniciativas caritativas, sino que éstas sean sostenidas por la oración personal y comunitaria que nunca puede faltar para que el testimonio sea pleno y eficaz.

Diversas Iglesias se han adherido ya, lo cual deja presagiar también para esta Jornada una participación activa, realizada, sin embargo, en las formas más familiares de cercanía y en las propias casas para evitar la propagación del virus“, comentó Fisichella.

Día con los pobres

En efecto, el 15 de noviembre es un día especial en honor de nuestros hermanos y hermanas necesitadas y vulnerables, se llama “Día Mundial de los Pobres” y no “Día Mundial por los Pobres”, asegura mons. Pierre Cibambo, asistente eclesiástico de Caritas Internationalis. 

No nos limitamos a compartir parte de nuestra riqueza con los pobres, sino que también recibimos algo de ellos. En una verdadera comunidad cristiana no hay miembros que den y otros que reciban. Sólo hay vecinos que comparten, porque en Cristo todos somos uno“, afirmó mons. Cibambo.

El Subsidiario 

Como cada año, el Subsidio está disponible en línea en el sitio web del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización (pcpne.va) en español.

En esta guía espiritual se encuentra la primera propuesta de la Lectio Divina: “Acordarnos de los pobres” (Rm 15,25-27). Además del Salmo 41: “Dichoso el que cuida del pobre; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor”.

Y la oración de Madre Teresa para abrir los ojos del alma ante quienes sufren:

Abre nuestros ojos

Abre nuestros ojos, Señor,
para que podamos verte a Ti en nuestros hermanos y hermanas.
Abre nuestros oídos, Señor,
para que podamos oír las invocaciones
de quien tiene hambre, de quien tiene frío, miedo, y de quien se siente oprimido. Abre nuestros corazones, Señor,
para que aprendamos a amarnos los unos a los otros como tú nos amas.
Danos de nuevo tú Espíritu, Señor,
para que nos volvamos un solo corazón y una sola alma en tu nombre. Amén.

(Santa Teresa de Calcuta)

La II Propuesta de Lectio Divina, exhorta: Tiende tu mano al pobre, ¡ahora! (Sir 7, 27-30. 32-36) “Honra a tu padre con todo tu corazón, y no olvides los dolores de tu madre”.

Se trata de un itinerario espiritual que evoca tender la mano a quien sufre:

“Para ser creíbles como cristianos, no podemos escapar de esta búsqueda constante de Dios que habita en las personas pobres y espera nuestra mano tendida. No podemos perder ni un segundo y debemos apresurarnos, … Para los pobres, el tiempo puede convertirse rápidamente en desesperación, si no ven la mano tenderse: “¡Cuánto es larga la espera de un vaso de agua para el enfermo que tiene sed!” (San Agustín, En. en ps. 36, d. 1, 10). Así que tiende tu mano al pobre, ¡ahora!”

La oración y la caridad llevan a Dios

Francisco invita a reflexionar sobre el mensaje recogido en el Antiguo Testamento en el que se considera una sola cosa la oración al Señor y la solidaridad por los necesitados, aquellos que sufren y son vulnerables.

En el Subsidiario Pastoral también nos recuerda que la oración acompaña a la acción. “La bendición del Señor desciende sobre nosotros y la oración logra su propósito cuando va acompañada del servicio a los pobres”, asegura el Papa en la presentación del mensaje de este año. 

Francisco asimismo advierte que las prisas no nos dejan ver las manos tendidas ni reconocer todo el bien que se realiza en el silencio y con gran generosidad. 

“Así sucede que, sólo cuando ocurren hechos que alteran el curso de nuestra vida, nuestros ojos se vuelven capaces de vislumbrar la bondad de los santos “de la puerta de al lado”, “de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios” pero lo de que nadie habla”.

Los pobres nos facilitan el acceso al cielo

Con esta Jornada, el Papa invita a que cada una de nuestras acciones lleve al amor.

“Es el amor, porque «Dios es amor» (1 Jn 4,8), y el pobre que pide mi amor me lleva directamente a Él. Los pobres nos facilitan el acceso al cielo; por eso el sentido de la fe del Pueblo de Dios los ha visto como los porteros del cielo.

Ya desde ahora son nuestro tesoro, el tesoro de la Iglesia, porque nos revelan la riqueza que nunca envejece, la que une tierra y cielo, y por la cual verdaderamente vale la pena vivir: el amor”.

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