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A 34 años del primer encuentro interreligioso de Asís con Juan Pablo II

ASSISI
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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 27/10/20
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El testimonio del profesor Alberto Quatrucci de la Comunidad de San Egidio que ayudó a preparar la primera jornada querida por Papa Wojtyła La Jornada de oración por la Paz del 27 de octubre de 1986 en Asís, querida por san Juan Pablo II, entró en la historia de la humanidad para quedarse, cuando el líder de la Iglesia Católica, reuniera, por primera vez, en una misma ciudad a los representantes de las varias Iglesias y Comuniones cristianas y de las principales religiones del mundo para animar a un compromiso común por la paz.

“Yo estuve allí, me lo recuerdo como ayer, participé en la preparación”, cuenta a Aleteia el profesor Alberto Quatrucci (1952, Roma), secretario general de “Hombres y religiones”, asociación fundada por la Comunidad de San Egidio para promover y hacer crecer el conocimiento mutuo y el diálogo entre las religiones.

El cielo de Asís era gris, después de las conclusiones del Papa Juan Pablo II comenzó a llover. Al día siguiente salió un sol radiante. La Jornada de Asís fue oxígeno para los oprimidos, allí no estuvieron solo los representantes de las grandes religiones, allí estaban los pobres oprimidos por la guerra y por el hambre”.

Tras esa Jornada de hace más de tres décadas, Quattrucci colaboró para mantener viva la red de relaciones entre hombres, mujeres y organizaciones de más de 90 países, representantes de diferentes credos y culturas, unidos por una aspiración común: la justicia y acabar con las guerras que afligen a las poblaciones más vulnerables y necesitadas.

34 años han pasado desde la primera edición del evento. El experto expresó que fue una “semilla profética”, así como también definió la Jornada el papa Francisco, durante el homólogo evento realizado recientemente en tiempos de pandemia por la covid-19: “Nadie se salva solo. Paz y Fraternidad”, organizado por la Comunidad de San Egidio (20.10.2020) en la plaza del Campidoglio, en Roma.

El diálogo es parte de la identidad del cristiano

Papa Francisco ha sido criticado por su diálogo especialmente con el mundo musulmán. Sin embargo, una lección aprendida de este aniversario, es que un verdadero cristiano entra en diálogo constructivo con musulmanes, judíos y otras personas que profesan diferentes tradiciones o creencias religiosas o espirituales.

“El diálogo con el otro no es opcional. El diálogo (interreligioso) es parte integral de la fe cristiana que abraza el futuro porque la Iglesia del futuro está en África y en Asia”.

“No es una casualidad que el diálogo abierto con el ‘Espíritu de Asís’, de hace 34 años en la Jornada de oración por la paz, fuera iniciado por un cristiano que se llamaba Juan Pablo II. No ha sido iniciado, con todo respeto por ellos, por un musulmán, por un budista, por un hebreo, sino por el líder de la Iglesia Católica”.

Karol Wojtyla con un corazón abierto al diálogo interreligioso

Karol Wojtyla como San Francisco de Asís, tuvo la intuición de que el diálogo es auténticamente cristiano, no para distinguirse de los demás, sino para salir al encuentro de la humanidad que sufre.

En efecto, confirma el experto, Juan Pablo II siempre ha “unido la experiencia personal, humana, a una visión alargada del mundo y no solo de la Iglesia, sino de la historia. El diálogo interreligioso estaba escrito en los cromosomas de su experiencia cristiana“.

En este sentido, Quattrucci recuerda el libro ‘Carta a un amigo judío’: la extraordinaria historia del amigo judío del joven Karol Wojtyla (G. F. Svidercoschi. Ed. Letras 1994) “Un joven que vivió en un país muy católico, pero con esta gran apertura al diálogo, al encuentro de otras culturas y otras confesiones religiosas”.

La “Jornada de oración por la Paz” fue un evento sin precedentes que hizo “templar” por su novedad. Juan Pablo II la anunció el último día de la semana de oración por la unidad de los cristianos (18 y 25 de enero 1986).

Las raíces del diálogo en el Concilio Vaticano II

¿Era algo nuevo? “En realidad era la encarnación del espíritu del Concilio Vaticano II (CVII), presente en uno de sus últimos documentos conciliares (1962-1965), la declaración Nostra aetate, cuyo contenido trata sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas”.

Antes de Nostra aetate, se imponía la frase latina Extra Ecclesiam nulla salus que significa: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”. “Esto en el CVII ha sido muy cuestionado en la nueva apertura de la Iglesia hacia el mundo”.

“Cinco capítulos revolucionarios cuyo contenido habla de las otras religiones sin un sentido de supremacía de la Iglesia. Por ende, se habla de un ‘encuentro’ con las otras religiones, así que Pablo VI, publicó una carta encíclica hermosa, Ecclesiam suam (6 agosto de 1964)”, afirmó Quattrucci.

Así, 68 veces emerge la palabra “diálogo” de manera explícita en el texto de Papa Montini, según cálculos a memoria del experto. La Jornada de oración por la Paz, fue un evento de un sólo día, un lunes, 27 de octubre de 1986, “pequeña en el tiempo, pero enorme en su profundidad espiritual, humana y profética”.

El símbolo de Asís

Asimismo es importante notar dónde se realizó la Jornada. “En Asís, en la ciudad del santo pobrecito, de San Francisco (1181/1182 , 3 de octubre de 1226). Lugar significativo y evocativo no solo para los cristianos, sino también para todas las religiones mundiales”. “En este sentido, las raíces son el CVII, pero la semilla profética la lanzó Juan Pablo II”, afirmó sin dudar el profesor Quattrucci.

“34 años han pasado marcando un largo camino de diálogo, que nosotros como comunidad de San Egidio quisimos, en nuestra pequeñez y unidad, acoger con la colaboración y el apoyo de Juan Pablo II primero y de los otros pontífices después”.

La Comunidad de San Egidio ha “querido seguir viviendo según ese criterio que expresó Juan Pablo II en el escenario de la plaza de la Basílica Inferior de San Francisco de Asís diciendo”:

“Lo que hicimos hoy en Asís, rezando y dando testimonio de nuestro compromiso con la paz, debemos seguir haciéndolo cada día de nuestras vidas. Lo que hemos hecho hoy es de vital importancia para el mundo. Si el mundo va a continuar, y los hombres y mujeres deben sobrevivir en él, el mundo no puede prescindir de la oración”.

‘Espíritu de Asís’

Juan Pablo II el 10 enero de 1987 presenta, por primera vez, el concepto ‘espíritu de Asís’ (Discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede).

Entre el “espíritu de Asís” de Wojtyła y la encíclica Fratelli tutti di Bergoglio -que el martes 20 de octubre pasado, por invitación de la Comunidad de San Egidio, subió al Capitolio en Roma para rezar por la paz con el Patriarca Bartolomé y otros representantes de las religiones del mundo- vemos uno de los signos de la continuidad del pontificado con sus predecesores, especialmente con Juan Pablo II.

En la 34 edición de la Jornada de oración por la Paz, el profesor Quattrucci, observa el cumplimiento fiel al ‘Espíritu de Asís’ de Juan Pablo II que es evocado por el papa Francisco al indicar que en la pandemia la humanidad se encuentra en la misma barca y que nadie se salva solo, por eso la importancia de la paz y de la fraternidad.

Memoria común, no individual

A esos pocos grupos, pero ruidosas y beligerantes, que consideran herético el esfuerzo de diálogo con otras religiones por parte del papa Francisco, el profesor Quattrucci, memoria histórica del evento de Asís, asegura, sin sorpresa, que se trata de la cita incumplida de la humanidad con la lección: “aprender de los errores del pasado”.

Al respecto, indica, “pensemos en el Holocausto de los hebreos, el drama de la II Guerra Mundial, el genocidio contra el pueblo armenio (en el contexto: I guerra mundial, 24-abril 1915.1923), toda esta historia dramática, en realidad, ha sido olvidada. No obstante, nosotros decimos siempre: ‘No hay futuro, sino hay memoria’. Pero, la memoria debe ser común, no individual”.

La memoria – agrega – “no debería ser ocasión de reivindicación contra el otro porque ésta, a menudo, “tiene hechos que han dejado heridas abiertas”. “La memoria colectiva debe ayudar a una “construcción común de un futuro nuevo y de paz”.

Buscar soluciones a los conflictos

Juan Pablo II enseña que el espíritu de Asís se extiende del mundo religioso al mundo laico cuando en varias ocasiones realizó dramáticos llamados a la paz ante la inminencia de conflictos, como por ejemplo, su invocación a la paz del 22 de diciembre de 1978 para evitar el enfrentamiento entre Chile y Argentina por las islas ubicadas en el Canal de Beagle.

“El objetivo del diálogo interreligioso, que no inicia en Asís, ya en el 800′ en América comenzaba el diálogo entre las religiones con el Parlamento Mundial de Religiones, organización que nació en Chicago, entre el 11 de septiembre y el 27 de septiembre de 1893, pero, con Asís, de manera definitiva, el diálogo entre las religiones se vincula a la construcción de paz”, explicó Quattrucci.

Se trata del “compromiso – continuó – de las religiones para buscar soluciones a los conflictos de forma profunda ¿Cómo? Transformando los corazones y dialogando a 360 grados con todos con enorme respeto, sea de las religiones, de una o de la otra, pero también se asumir responsabilidades”.

“En 34 años de la Jornada de oración por la Paz en las distintas ciudades donde se ha realizado, hemos sido testigos del lanzamiento del mensaje pacificador en varios países donde había conflicto y guerra y del surgimiento de tantos verdaderos laboratorios de paz”.

En suma, el espíritu de Asís es también “servir la paz en una alianza común tocando el corazón de todos, de los laicos, de los gobernantes, de la gente común de todos los días, porque todos pueden construir la paz”.

Constructores de paz

Constructores de paz, la esperanza en pequeños ‘artesanos’ de paz, porque así como “todos pueden desencadenar una guerra, en una época altamente tecnológica y donde el poder no se sabe dónde esta, pensemos en los pequeños grupos terroristas que desencadenan guerras internas; también existen pequeños grupos que pueden ser constructores de paz y este es el mensaje de Asís”.

En concreto, Quattrucci recuerda que San Egidio, junto a varios amigos y colaboradores, ha participado en varios procesos de paz que culminaron con la resolución del conflicto, como por ejemplo en Mozambique en 1992 o, en tiempos más recientes, el último Acuerdo de cese al fuego en Sudán del Sur, donde se sigue trabajando con las partes en conflicto.

Parafraseando al papa Francisco en su discurso del 20 de octubre, Quattrucci aseguró que “se necesita de mucha paz”, pues, el “diálogo entre las religiones no es una sala de estar donde se hacen tantos discursos teológicos, que son importantísimos, sino que es un camino y una colaboración, entre hombres y mujeres religiosos, creyentes o laicos, que caminan juntos para construir un nuevo humanismo y solucionar conflictos”.

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